Demasiado bueno para ser verdad

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Tengo que admitir que Loki a veces es incluso un poco... Demasiado... ¿Cómo decirlo? ¡Lo tiene todo pensado! Es como si supiese lo que va a ocurrir aunque puedan haber billones de opciones.

Vale, él ya estuvo encerrado antes allí. Ya se lo conocía. El caso es que conseguimos escapar. ¿Como lo hace?

Ser villano es guay. En serio, es lo más. Todos te tienen miedo, si estás al lado de Loki, no haces colas para el cine, no pagas nada (bueno, eso Loki si que quiere que pague porque dice que hay que ser justos, o al menos que robe poco). No importa, sigue siendo guay.

Volvimos al piso, y obviamente lo primero que hice fue poner Netflix. Hacía algo de calor, pero Loki me sorprendió con aire acondicionado.

En teoría él no tiene ni frío no calor. No tiene frío por ser un gigante de hielo y no tiene calor porque se puede enfriar a si mismo, entonces no entendí como sabía que tenía calor. Supongo que me vio sudar...

- Lo has hecho genial - me felicitó -. Los vengadores no saben lo que han perdido.

- Lo sé.

Esperaba que me volviese a besar, pero no lo hizo.

Vale, fallo mío. No os he contado como escapamos. Después de que me besara, vinieron dos guardias al parecer demasiado tranquilos. Supongo que pensaron que después del beso, Loki ya se había relajado.

Nos dejaron la comida, y justo cuando iban a largarse, Loki les dió una patada por detrás a ambos y salimos. ¿Veis por qué os dije que lo tiene todo planeado aún habiendo millones de opciones? ¡Es increíble! Ese beso era solo una distracción. Cuando tuvo una oportunidad genial para volverme a besar se fue.

¿Me había mentido? Bueno, pues si algo aprendí ese día es que eso del amor era más falso que la mentira que nos cuentan de pequeños de que los bebés vienen en cigüeñas. Me había mentido, y esta vez no lo pregunto, lo afirmo:

- Por cierto, actuaste muy bien en la jaula esa.

- ¿Actuar?

- Lo del royo ese del amor.

Ahí mi corazón se rompió en infinitos pedacitos, una herida difícil de operar (¿Lo pilláis? Por el Doctor Strange... Bueno, da igual)

- Ah... Eso... - respondí desanimada -. Sí, eso. ¿Tu también actuabas?

- Pues claro.

Nunca había llorado tanto como ese día. He tenido un montón de relaciones amorosas y enamoramientos, pero ninguna me había afectado tan fuerte. Literalmente mojé toda la almohada con mis lágrimas.

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