Una historia de lokos

Un pequeño descanso

Loki volvió a casa, por fin. En serio, ya lo echaba demasiado de menos. Si no fuese por Luke, seguramente ya me habría suicidado al no estar con él.

- ¡Loki! - le abracé como nunca antes le había abrazado. Tenía los ojos cristalizados y una gran sonrisa en la cara, como él.

- También te he echado de menos... - oímos a Luke toser desde el salón -. Perdona, os he echado de menos - se corrigió entre risas.

- Ese niño es muy inteligente. ¿Seguro que es humano? - bromeé.

- No, es semidiós - corrigió aún captando que era broma. Después me besó.

Cuando nos pegamos me di cuenta de que tenía su armadura asgardiana puesta, porque sentí lo duro que estaba.

Debo admitir que los asgardianos tienen buen gusto, en especial mi amor. Me encanta su armadura. Está cuidadosamente diseñada para un príncipe como él.

En fin, esto era lo único que había de interesante en este capítulo, aunque para alargarlo diré que ya echaba de menos ver a Loki jugar con su hijo. Me tuve que morder el labio inferior para no dar un chillido de fangirl, fanmother, o cómo sea que se llame. Supongo que ya me habréis entendido.

Estaban monísimos Luke tratando de coger un dedo de Loki con sus pequeñas manitas y chocando la palma de la mano, claro que flojito. Estaban para una foto, y de echo se la hice.

Loki se me adelantó. Cogió su móvil y subió la foto a su Instagram antes que yo, aunque al menos me etiquetó.

Que este capítulo haya sido corto, relajado y alegre no significa que los siguientes vayan a ser igual. Esto ha sido como un pequeño y merecido descanso después de tanto sufrimiento y drama.