Asgard

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Varias semanas más y volvimos a las anteriores: si saber nada de él.

Salí al gran balcón/terraza que teníamos entre el salón, comedor y nuestra habitación para observar las vistas desde allí hacia el parque. Observé la torre Stark, que desde allí se veía, aunque bastante alejada.

Suspiré. Seguramente, si continuase siendo una vengadora no tendría una familia, una vida tan libre, un piso tan cómodo para mí, para Luke, Twist y para Loki, si es que vuelve... Con mascota incluida ya seríamos la familia perfecta, pero de momento faltaba el padre.

Estaba ya cansada de esperar, así que miré al cielo, cogí aire y dije:

- Heimdall, por favor, abre el Byfrost. Quiero ver a Loki.

Esperé unos segundos son que sucediese nada, pero cuando ya iba a desistir y volver dentro, el Byfrost se abrió a mí alrededor. Iba a volver a Asgard.

Llegué al lugar donde estaba Heimdall custodiando el puente y la espada que lo abría.

- Gracias, Heimdall - agradecí.

- No me las des a mí - se limitó a responder. Lo sé, muy grosero.

Me invitó con la mirada a ir al palacio de Asgard, donde seguramente Odín estaría en el trono, y tal vez esperando mi presencia, porque dudo que Heimdall haya hecho algo que su rey no le ordenara.

Así fue. Entré en la sala del trono y allí estaba, sentado, y mirando a la puerta esperando mi presencia.

- Magestad - saludé respetuosamente.

- Supongo que quieres saber dónde está Loki - fue muy directo, sí, pero mejor. Quería saberlo cuanto antes.

- Sí, señor.

- Está cumpliendo el castigo que debería de haber cumplido hace mucho tiempo.

Le miré con los ojos como platos. ¿Había sido Odín el responsable de que estuviese tres meses sin saber nada de él?

Frigga entró en la sala. Ya sabía que era la única persona del palacio con la que Loki se llevaba bien.

- Hola, Brittany - saludó al verme.

Le respondí con una sonrisa.

- Buenas, majestad - me devolvió una dulce sonrisa. Sí, comprendía de sobra porqué era la persona con la que mejor se llevaba.

Volví a mirar a Odín con la esperanza de que me diese detalles. ¿Qué castigo estaba cumpliendo? ¿Cuánto duraría?  No dijo nada más. Fue Frigga la que me invitó a dar un paseo con ella para hablar.

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