Cara a cara

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Tuve que cancelar una cita con mis amigas para ir de compras por esa maldita misión.

La mañana transcurrió prácticamente en eso: buscar a don truquitos.

Obviamente, como puedo volar, me asignaron la zona del aire. Los únicos que volamos somos Ironman, Tony y yo, así que mientras Capitán América, Hulk, Viuda Negra y Ojo de Halcón se fraccionaban la ciudad en cuatro, la nuestra consistía en un tercio cada uno. Lo sé, lo sé: "Bry, eres una exagerada. Por un poquito más que te toque no pasa nada". Es que nosotros también vigilamos los alrededores, así que es tener media ciudad para cada uno.

Bajé a la azotea de la torre para descansar. Había estado volando por horas y ya me había cansado un poco de ver los mismos edificios.

- ¿No tendrías que estar patrullando para encontrarme?

Me di la vuelta y ahí vi al tío que me había arruinado la mañana que tenía planeada con mis amigas. Se veía mejor en persona. Más atractivo, guapo, y con un aire de villano impresionante.

- ¿Tu eres Loko?

- Loki - su expresión, aunque trató de esconderlo, obviamente describía dolor por haberme equivocado de vocal.

- Ah, si. Ese. Bueno, pues me has arruinado los planes que tenía para hoy.

- Yo no te he mandado buscarme.

- Pero le has llamado la atención a Stark.

Me dirigí hacia él y trate de darle una patada, pero cogió mi pierna y me tiró contra el suelo.

- Pensé que un brujo no tendría conocimientos sobre la pelea.

- Al parecer más que tú.

Reaccioné rápidamente dándole un puñetazo en toda la cara. Al parecer no se lo esperaba, porque hizo gesto de dolor y ni siquiera le dio tiempo a defenderse.

Cogió su cetro y me puso la punta en el pecho. De repente no tenía conocimiento de absolutamente nada. ¿Que me había hecho ese idiota?

Una historia de lokosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora