Una historia de lokos

Nueva oportunidad

La siguiente semana no pude pensar en nada más que el llorar. Loki trató de animarme poniendo una de mis series favoritas de Netflix, pero cuando salió un niño pequeño me puse a llorar de nuevo.

- Bry, tranquila, ¿Vale? - me consoló abrazándome.

Por fuera no sustentaba que se lo hubiese tomado muy mal, pero en el fondo sabía que no es una persona a la que le guste enseñar sus sentimientos, y menos si muestran debilidad. Además le he visto varias veces llorando cuando se encontraba solo en una habitación. Creo que tenía tantas ganas como yo de tener un hijo, y la misma ilusión.

- Loki - susurré una noche que no podía dormir.

No contestó, pero sabía que estaba despierto, pude notarlo.

- ¿Y si volvemos a probar?

Aquello se lo dije ya pasado un mes desde que todo había ocurrido, desde que la mitad de mi mundo se había derrumbado.

Noté como sus ojos verdes esmeralda brillaron en la oscuridad y su mano fría tocaba mi mejilla.

- ¿Eso es un sí?

Valió con el beso que me dio a continuación para saberlo, así que vivimos a embarcarnos en la aventura. Lo mismo, no pienso contar detalles.

Un mes más tarde Loki confirmó que un nuevo bebé se formaba de mí. Vivía a estar alegre, ilusionada, y esta vez lo afrontaría con más cuidado.

Loki fue el doble de protector que la anterior vez, y eso a es mucho decir. Aquella vez no me quejé. Después de todo, él había sido muy cuidadoso para que cuando el único momento en el que no podía estar pendiente de mí, la fastidiara.

No me alejé de él, ni me quejé de que se pasaba con los cuidados. Incluso comenzaba a acostumbrarme a que no me dejase sola más de cinco minutos.

Cuando salíamos a comprar o alguna otra cosa siempre llevaba su cetro convertido en un anillo por si volvíamos q tener algún imprevisto.