Sangre

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Estoy entrenada, gracias a Loki, para las artes marciales. Por eso, cuando Iron Man comenzó a volar y a prepararse para atacarnos, salté para cogerle de los pies y hacerle caer hasta darse con el suelo, que por cierto, se rompió. Lástima, eso no hubiese pasado si no se hubiese metido con nosotros.

Obviamente él se enfadó, y Loki me miró en señal de que no hiciese nada. Esto es lo que no me gusta del embarazo, que todos son muy protectores y no te dejan hacer nada. ¡Yo también quería divertirme!

El dios utilizó magia para luchar contra Stark y alguna que otra ilusión, mientras que yo miraba sentada en un banco y aburriéndome.

Hubo un momento en el que Tony hico un movimiento que al parecer Loki no se esperaba, porque consiguió dejarlo en el suelo.

Fue entonces cuando no pude más. No podía quedarme sentada viendo como Tony le hacía daño a mí amor. Por detrás le di una estratégica patada que solo sirvió para recordarle que seguía allí.

Comenzó a meterse también conmigo, yo evitando sus ataques volando y el lanzándole las bolas esas de energía que lanza su traje, pero una de estas no llegué a esquivarla y me dió de lleno. Me empujó hasta la otra punta de la calle donde estábamos.

Loki le atacó por detrás y Tony por fin decidió retirarse. El dios corrió hacia mí asustado, y supongo que ya os estaréis imaginando lo que pasa a continuación: estaba sangrando de abajo, señal de que había perdido a mi bebé.

Cuando él llegó yo estaba manchada de sangre, llorando y gritando muy enfadada.

No se si lo habréis sentido alguna vez, pero perder un hijo es de lo peor que puede pasar. Es demasiado doloroso, sobre todo siendo la madre, porque es la mujer la que lo lleva dentro por meses.

Loki estaba tan triste como yo, y debería de haberle hecho caso. Así esto no hubiese pasado, aunque nadie me afirma que después de Loki no se iba a meter conmigo igualmente...

El tema es que mi niño había muerto, que Tony Stark lo había matado, aunque inconscientemente, porque no sabía que estaba embarazada. Me dio igual. Había perdido tres meses, tres meses de cuidados para nada.

Volvimos a nuestro piso, yo aún llorando por la pérdida y disculpándome con Loki, porque después de todo yo había decidido atacar (y sigo resaltando que lo más probable era que después de Loki, me atacase a mí igualmente).

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