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—Entiendo que estés molesta, pero... no creo que deberías enfadarte tanto con Rubius.
Belén se encontraba apoyada contra la mesada mientras tomaba un café y observaba a su amiga que cocinaba unos spaghettis.
—Mira, sé que debes sentirte como una mierda ¿vale? Yo me sentiría igual, pero no le veo lo horripilante al hecho de que Rubius haya querido cuidarte. Al que deberías haberle lanzado un vaso es a Vegetta.
Julia no quería hablar del tema, intentaba evitarlo a toda costa, pero Belén sabía que ella necesitaba soltarlo todo de una vez y aclarar su mente. Guardarse tantas cosas no iba a hacerle bien.
She's not afraid de One Direction se escuchaba en el televisor del living acompañado el hermoso momento de amistad. Una charla con tu mejor amiga puede curar muchos males.
—Lo único que necesito ahora mismo es tranquilidad.
—Lo que necesitas es comprender que coño te pasa aquí —respondió Belén tocando el pecho de Julia con el dedo—. Bien, es comprensible que te esté doliendo ahora porque te sientes engañada, pero mira más allá, abre tu cabeza y vuela —dijo entre risas viendo la cara de la argentina—. Sin bromas, el hecho de que Rubius haya venido hasta tu casa a pedirte disculpas y contarte lo sucedido habla mucho de él. Tendrías que haberlo visto cuando lo dejaste solo en la fiesta.
—Me da igual cómo se quedó cuando lo dejé, ya no me importa —comentó deteniéndose para mirar a su amiga que dejaba la taza sucia de café en el lavaplatos.
—¿Y si te digo que esta mañana me llamó preguntándome cómo te encontrabas?
—Me da igual.
—Joder, Julia, que terca eres. —Belén se acercó a su amiga y la tomó de los hombros—. Escúchame, olvídate un segundo de todo lo de Vegetta y el plan y mierdas de esas ¿vale? Cierra los ojos...
—Belén, no tengo tiempo para bobadas —se negó molesta.
—Venga, joder, son dos segundos. —Julia cerró los ojos sin estar muy de acuerdo—. Vale, ahora piensa en Rubius, en cuando lo conociste por primera vez, a cuando hablaron por primera vez, a cuando fueron a vivirse juntos... ¿Qué sientes?
—No sé qué estás planeando, pero te aseguro que no me produce nada —comentó aún con los ojos cerrados. Belén bufó y golpeó a su amiga para que vuelva a ver—. Lo único que quiero ahora es tranquilidad —volvió a repetir mientras volvía con la comida.
—Tú no has podido follarte a Vegetta esa noche porque te dijo que te amaba ¿no? —le preguntó Belén sin rodeos. Julia asintió—. Aunque creo que no era por la palabra sino de quién proveía, ¿Me equivoco?
—¿Acaso me estás psicoanalizando o...? Pensé que los psicólogos no hacían eso con los amigos.
—Julia, no estás queriendo verlo, pero está más claro que el agua frente a mis ojos y frente a los de Vegetta también, te lo aseguro.
Julia suspiró mientras esperaba la cantidad de palabras absurdas que su amiga iba a soltar en ese momento.
—¿Quieres que empiece? Empiezo, pero luego no puedes hacer oídos sordos.
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𝙨𝙤𝙛𝙩 𝙧𝙪𝙗𝙞𝙪𝙨 • 𝙧𝙪𝙗𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙗𝙡𝙖𝙨
Fanfiction"la suavidad de tus caricias y el sonido de tu risa me hacían sentir en casa"