𝘤𝘰𝘯𝘧𝘦𝘴𝘪𝘰́𝘯

1.5K 139 33
                                    

📎

Manuel: Sí me enamoré de ti, pero entre la vergüenza ajena que me dabas con YouTube y toda tu junta pues el amor se fue, que querías que hagas?

Julia: no mentirme. Me lastimaste mucho.

Manuel: no me jodas, Julia. Tú bien sabías lo que estaba pasando, pero sabes qué? No puedes estar sola, necesitas siempre a alguien ahí que te esté diciendo siempre que te quiere porque tú no te quieres lo suficiente.

Manuel: siento no haber sido Rubius vale? tu héroe.

Julia: No quería que fueras Rubius, quería tan sólo que me quisieras.

Manuel: Te quise hasta donde pude. Lo siento, no sé qué quieres que te diga.

Julia: Nada, no lo entenderías.

El celular golpeó contra el suelo y Julia empezó a gritar con fuerza. Que odio que se estaba teniendo en ese momento. ¿Por qué había sido tan imbécil? Todo el mundo se lo había dicho y ella no escuchó.

—¿Qué pasa? —preguntó asustado Rubius apareciendo por la habitación.

Se acercó con cuidado a Julia que lloraba desconsolada sentada sobre su cama. Rubén se sentó frente a ella y la atrapó entre sus brazos.

—¿Qué pasó? —volvió a preguntar, pero su amiga no tenía aire para poder hablar.

Miró el teléfono que se encontraba sobre la alfombra y lo tomó. El chat de Manuel se dejó ver. No quiso mirar de qué habían hablado, pero una rabia crecía dentro de él. ¿Se había vuelto a hablar con el idiota?

—¿Julia? —preguntó Mangel al llegar al departamento.

—Encerrada. Se ha pasado la tarde llorando —dijo Rubén golpeteando su pie contra el suelo una y otra vez.

Había dejado a Julia durmiendo después de intentar consolarla por media hora. No había caso. Rubén se agarraba la cabeza con las manos mientras se encontraba sentado en la silla del comedor con un vaso de agua sobre la mesa.

—¿Manuel otra vez? —se animó a preguntar el menor. Rubén asintió—. Ya se le pasará.

—Ahí está el puto problema, Mangel —dijo brusco mientras miraba a su amigo indignado. Mangel lo miró extrañado—. Que a Julia mañana se le pasará, pero Manuel volverá a aparecer y ella volverá a estar así —dijo señalando la habitación de la morena.

Mangel se sentó frente a su amigo e intentó serenarse para calmar a Rubén que parecía muy nervioso.

—Lo único que necesita ahora mismo Julia es que estés tranquilo, Rubius.

—Julia necesita a alguien que la quiera, Mangel, joder.

—No, ella quiere que Manuel la quiera, ese es el problema —dijo firme, como si hubiera querido decírselo hacía mucho tiempo. Mangel tomó aire y habló al notar que el castaño no lanzaría ninguna palabra—. Escucha, Manuel no es de mi agrado, ¿vale? La ha vuelto loca a Julia, la ha lastimado y ha logrado que ella haga cosas no propias de su persona, pero se las ha buscado.

Rubén lo miró fijamente y empezó a negar con la cabeza.

—No puedes decir eso de ella. Julia no se merecía estar en terapia porque la maltrataban.

—¡No! No digo que se lo merecía, coño, digo que todos se lo hemos advertido y ha pasado de nuestro culo, en especial del tuyo y mira ahora... —dijo señalando la habitación—. Vosotros dos tenéis una relación de puta madre, pero el que estés enamorado empeora las cosas.

𝙨𝙤𝙛𝙩 𝙧𝙪𝙗𝙞𝙪𝙨 • 𝙧𝙪𝙗𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙗𝙡𝙖𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora