Irina parecía muy simpática y alegre. Julia sonreía al ver cómo su mejor amigo miraba a la muchacha rubia. Todo eran risas y charlas largas en donde dejaban que la nueva integrante del grupo hablara para poder conocerla mejor y la morena pensó que no había mejor partido para Rubén que aquella chica.
La cena había terminado e Irina se levantó para juntar los utensilios y Rubén la ayudó dejando a Mangel, Alex y Julia solos en el salón.
—Que encantadora que es —susurró Julia fascinada.
Ambos muchachos asintieron y siguieron bebiendo su cerveza.
—Julia, ¿Quieres ayudar a Irina con el postre? —preguntó Rubén a su amiga intentando que ambas tuvieran un tiempo a solas para conocerse.
La argentina se levantó de inmediato de su asiento y se dirigió a la cocina luego de dedicarle una sonrisa al castaño.
—¿Te ayudo? —preguntó al entrar y ver a Irina peleando con abrir la lata de duraznos.
—Por favor —respondió entre risas nerviosas.
Julia se acercó y abrió la lata con dificultad, pero más rápido que la rubia. Irina, mientras tanto, probaba la crema que terminaba de hacer.
El olor a café que se emanaba desde la cocina se podía sentir por toda la casa y Julia recordó a Samuel con su taza de café matutina y el sonido de su risa.
Negó con la cabeza y decidió agarrar los potes para preparar el postre.
—Rubén me dijo que los duraznos y las frutillas con crema te fascinan —habló Irina para sacar un tema de conversación.
—Así que esto es idea de Rubén...
—Bueno, la verdad es que yo le pregunté que te gustaba.
—¿Y por qué? —preguntó sorprendida con una media sonrisa.
Irina suspiró, se encogió de hombros y la miró.
—Julia, me encanta caerle bien a la gente y sé de la preciosa relación que tienes con Rubius. Sé lo importante que eres para él y te aseguro que de la misma manera lo es él para mí.
Julia frunció su entrecejo y cuando quiso hablar la rubia la detuvo.
—No quiero que pienses que te estoy queriendo comprar con un par de duraznos, eh —dijo provocando una risa de la latina—. Sólo quiero que tengamos una linda relación, me pareces genial.
—Y la tendremos, Irina. Bienvenida.
—¿Entonces dejaron de hablar? —preguntó sorprendida Irina mientras Julia le contaba sobre Samuel sin dar nombres y sin relatar el verdadero motivo de la pelea.
Ambas respiraban el aire fresco de la noche mientras los hombres jugaban a videojuegos dentro de la casa. Que Julia e Irina se llevaran bien era importante y querían que funcionara.
—Sí —respondió con dolor—, pero creo que es lo mejor. No estamos... en la misma sintonía.
—Que pena, tía —dijo tocando el hombro de Julia—. Si es para ti encontrarán su momento.
Tal vez ahora que Rubius estaba con esta muchacha ella encontraría su lugar con Samuel o con alguien. No lo sabía, no estaba nunca segura de nada.
Se sentía con la necesidad de expresarle a Rubén que lo quería, que lo apoyaba y las palabras costaban salir.
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Juliaciarelli: no pregunten que queríamos hacer, pero esa noche en los ángeles fue un poco rara @elrubiuswtf tkm
Simple, sencillo, pero que sabía que a él le llenaría el corazón de felicidad.
Rubito: que guapo que salí en esa foto
Julia: la verdad que sí, deberías usar la bolsa más seguido
Rubito: como te ha caído Irina? :D
Julia: genial, es encantadora
Rubito: si, la verdad que sí
Rubito: es muy buena chica.
Rubito: nos vemos, me voy a viciar un rato
Julia: chauchi
Belu: hablaste con vegetttttiiitttaaaa?
Julia: no
Belu: Jodeeeeeeeeer
Julia: que tienen todos con que le hable?
Belu: porque tiene razón tal vez???
Julia: basta Belén
Belu: eres una imbécil cariño de verdad
Belu: encima que al fin un hombre (como la gente aunque sabes q no me cae muy bien desde ese viaje) TE QUIERE Y TÚ DETRAS DEL IMBECIL DE RUBIUS WUE ESTÁ DE NOVIO
Julia: yo no estoy detrás de nadie. chau
Samuel: estás?
La morena ya estaba empezando que esto era un chiste.
Julia: Hola.
Samuel: podemos hablar?
Julia: Claro.
Samuel: quería decirte que en una semana voy a Madrid y bueno, me preguntaba si podíamos vernos.
