ASTILLA

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Ramas rotas y podridas.

Lo siento padre.

Te he tratado como tu me tratabas y estaba equivocado.

De tal palo tal astilla.

Madre, lo siento.

Siento ser como soy, no es tu culpa.

Dejad de llorar por mí, no sirve, soy un alma en pena.

Os he hecho daño, lo sé.

Soy otra persona, vuestro hijo se fue.

Lleno de heridas abiertas que aunque las queráis lamer, no curarán.

El lamento no cura, lo sé, pero es lo único que me queda.

Adiós, os quiero.

Memorias de un niño rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora