DEMAGOGO

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Sigo roto.

Ésta vez tanto por dentro cómo por fuera.

No me quito de la cabeza el pensamiento irracional de llevar el fuego al cielo y la tierra al mar.

Subir a la cima del pasado y gritarle al futuro.

Mirar al cielo y desear haber muerto hace años,

para así no tener que dar la cara y crecer.

Por cierto,

siguen aquí conmigo,

ya no se ríen,

me tienen miedo.

Me volví su rey y los domé,

pero se me subió a la cabeza,

 y ya no se en que me he convertido.

Memorias de un niño rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora