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2013
Decir que Tony se tomó tranquilamente el hecho de que su novia tuviera poderes y todo eso, sería increíble, sin embargo, no fue así. Al principio parecía que lo había asimilado muy bien, pero conforme pasaba el tiempo se sentía más inseguro. Obviamente él no iba a aceptarlo, pero en parte le dolía un poco su orgullo, pues creía que parte de su deber como Iron Man era salvar a Emily. Pero en realidad ella podía salvarse sola, no lo necesitaba.
Tony trató de no externarlo, no era culpa de Emily que él se sintiera así. Su inseguridad había comenzado desde Nueva York y, aunque trataba de disimularlo, aún le preocupaba demasiado que volvieran a atacar la Tierra. Tal vez Emily se podía defender, pero eso no aseguraba, ni para él, ni para ella, que sobrevivieran a un ataque de tal magnitud. No de nuevo.
Y, a pesar de sus sentimientos encontrados, a Tony le fascinaba ver lo que su novia podía hacer. Desde crear una llama ardiente en su mano, hasta volar. En sus ratos libres, Emily se dedicaba a practicar su magia, tratar de controlarla como lo había hecho cuando derrotó a Killian. Porque ella era lo que se repetía, no quería pensar en la palabra "matar", pues aquello le causaba conflicto. Siempre se consideró una pacifista, pero el simple hecho de ver a Tony en peligro la cambiaba. Además, Killian era malo, ¿no? A veces se tienen que hacer ciertas cosas por un bien mayor.
—Tengo algo para ti —comentó Tony en cuanto vio a su novia entrar al pent-house de la ahora Torre de los Vengadores.
Se habían mudado a Nueva York, Emily llevaría a cabo sus funciones como CEO desde ahí, dejando a Pepper encargada de las oficinas en California. El primer piso de la torre estaba dedicado a Stark Industries y ahí Emily atendía sus citas. Happy, quien ya se había recuperado del atentado, iba de una sede a otra asegurándose que todo estuviera en orden.
—¿Ah, sí? ¿Y qué es?
—Cierra los ojos —pidió. Ella lo miró suspicaz arqueando una ceja y esbozó media sonrisa—. Es una sorpresa, Em, vamos.
—De acuerdo —asintió cerrando los ojos. Tony la tomó de las manos y la llevó hacia su laboratorio. Se detuvo y encendió las luces—. Qué misterioso eres, Stark. ¿Ya puedo abrir los ojos?
—Espera un segundo —dijo guiándola hasta el centro del lugar donde había un maniquí de mujer el cual llevaba puesto un traje mejorado para Emily, o más bien "Cora". Era una sola pieza, Tony había tratado de respetar el diseño original, pero le hizo algunas modificaciones. Estaba hecho un material algo elástico, pero también duro y difícil de penetrar. Las alas eran retráctiles, sólo se extendían en caso de que necesitara volar—. Ábrelos.
Emily abrió los ojos y parpadeó un par de veces antes de poder observar bien el lugar. Se quedó sorprendida al ver el traje frente a ella. Le gustaba, sobre todo las dos "C" encontradas que rodeaban un pequeño círculo en el centro, el cual brillaba como el reactor del pecho de Tony.
