No sé como me convenció Verónica para que cantara en la gran inauguración de La Bonne Nuit pero accedí. Pensaba que estaría bien, más tarde, estando delante de todo el mundo me empecé a arrepentir Todos esos ojos esperando a que empezara me comían por dentro y estuve a punto de salir corriendo, pero de entre la multitud expectante un chico se levantó, mi chico y gritó:
- ¡Tú puedes preciosa!
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Imaginé que estábamos los dos otra vez en su casa, acostados en su cama y que cantaba para ayudarlo a dormir tras un día malo.
Y empecé a cantar, cogí el micrófono que parecía estar hecho para mí y los dejé a todos sin habla.
Al terminar me acerqué a Sweet Pea.
- Gracias - susurré antes de abrazarle. - ¿Por? - Lo de antes. - Vamos, ha sido cosa tuya, lo único que necesitabas era un empujoncito. - Sea como sea gracias.
