Entré a la cocina a recoger los platos de la cena cuando vi una sombra al lado del fregadero.
— Por favor Archie que susto. — Perdona no pretendía asustarte.
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— ¿Qué haces aquí — pregunté — No puedo dormir. — ¿Por qué? — Por ti. — ¿Por mi? — Si, no puedo parar de pensar en ti y en las ganas que tengo de... — De.... — repetí.
Dio un paso adelante y colocando su mano en mi mejilla me besó.
— Mis padres no vendrán a casa esta noche, quédate.
Nos acostamos en el sofá juntos, aunque la televisión estaba puesta solo podía sentir en latido del corazón de Archie y su respiración.
Sin darnos cuenta nos quedamos dormidos juntos.
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