Seguí a Verónica y a Betty que entraron como balas en el baño de chicos. Las perdí de vista y me choqué con un chico, estuve apunto de caer, pero me cogió a tiempo.
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— ¿Éstas bien? — preguntó Archie. — Si, gracias — respondí. — Perdona mi curiosidad, pero, ¿qué haces en el vestuario de chicos? — Seguía a las chicas pero me perdí en la marea de tíos semidesnudos. — Soy uno de esos tíos semidesnudos — dijo.
Intenté disimular la electricidad que me subía por la espalda al ver los abdominales bien marcados de Archie húmedos por el agua de las duchas.
— Luego hablamos — dije intentando salir lo más rápido que pude.
