Guardián de la luz del día

24.

"Desear algo tan constantemente se pueda hacer realidad.Dejar de buscar lo creíste haber perdido; te hace dar cuenta de que siempre estuvo contigo"

-La receta dice que debe de llevar manzana. ¿Por qué no se la has puesto?-

Levante la manzana verde a unos cuentos centímetros de él. Bueno ahora que lo pienso, creo que no se la pondrá por que yo....

-Key, necesito la......- miro como le daba un gran mordisco- Manzana-

Lo lamento, pero es que es verde. Sabe que es de mis favoritas. Lo mire y comencé a reír, segundos después Suga imitaba mi acción, su risa no es nada parecida a la de otras personas, tampoco creo haber escuchado algo así.

-Sabes, tienes una sonrisa bonita- mire la manzana- creo que no deberías de ocultarla-

-Gracias-

El departamento se lleno de olores realmente agradables, especias, carne, ramen. Todo creaba una orquesta increíblemente bien coordinada.

Suga se encarga del Bulgogi, mientras que yo del Ramen.

Ahora que lo observo, el tiene una finta increíble para ser chef.

-Listo-

Tome una de las ramens para comprobar la cocción, estaba en su punto.

-Que bueno, por que esto también esta-

Tomo la olla, y la coloco en la mesa; seria la primera vez que comeríamos aquí, ya que generalmente lo hacemos en la barra, habitación o inclusive en la sala.

El kimchi, lechuga, platos, palillos , ramen y arroz, estaban en el centro. Nos sentamos, uno junto e otro.

-Veamos- me acerque a la olla para tomar un poco de bulgogi- veremos que has pasado la prueba-

Coloque un poco en mi boca y....

-Woooo-

Mire a Suga, el cual mostró una sonrisa de lado, para después continuar comiendo.

-Esto es increíble, Eres increíble cocinando, creo que deberías de colocar un restaurante-

No estaba de broma, en realidad era mucho mejor que el de aquel restaurante coreano.

-Creo que lo tomare en cuenta-

Durante la cena no hablamos mucho, generalmente no lo hacíamos. Mi mano reposaba en la mesa, ya que había terminado de comer, ademas suelo dejarla así mientras como.

Cuando sentí un tacto cálido encima de ella.

Mire. Esa piel tan blanca como la nieve era sin duda alguna la que quiero mirar siempre.

-Sabes...... No sé lo que hago ahora.

Tomo mi mano y las empalmo, recordándome aquella ves que me dijo que no lo hiciera. ¿Por qué lo hace ahora?

-No se por que me gusta tenerte cerca- bajo mi mano y la acaricio de nuevo- Odio seguir las reglas. Odio ser tan duro contigo aveces- dio un gran suspiro- Pero creo que ser humano me hace comportarme como ahora-

Su mano seguía encima de la mía. No podía decir nada, era la primera vez en todo este tiempo que Él se portaba de una manera tan diferente, tan...... sensible, como si estuviera...........