08

19.3K 1K 331
                                    

Sábado.

Nikeé.

—Keni no quiero ir.—Dije tirándome en mí cama.—Me duelen mucho los ovarios.

—Recien te tomaste la pastilla.—Dijo mí amiga mientras se terminaba de planchar el pelo.

Bufé. Me pare, me tenía que maquillar. Estábamos algo tarde. Me senté y me corri el pelo con una especie de vincha.

—Hable con Mateo.—Me di vuelta rápido mientras me esparcia el corrector que me acababa de poner.— No boluda, ese Mateo no. Tu primo.

—Ah, ¿de que hablaron?— Levanté y baje varias veces las cejas.

—Boluda.— Dijo mí amiga y largué una carcajada.— Nada, me dijo que hoy iba.

—Bien ahi. Ya sabes.— Dije dejando la esponja para agarrar un polvo compacto y pasarlo por los lugares que anteriormente había puesto corrector.

—Callate.

—Es la verdad.—Pase a ponerme un poco de contorno.—No se cuando lo van a admitir.

—Deja de flashear Nikeé.—Dijo mí amiga mientras desconectaba la planchita.

—Si vos decís.—Levanté los hombros.

—¿Que te vas a poner?— Pregunto cambiando de tema.

—Si dale, cambia de tema.— Me cepille las pestañas, ya que no tenía que hacerles nada porque tenía las extensiones.

—Uy que molesta que sos mujer.— Dijo mi amiga abriendo su bolso.

Me reí.

—Te traje el top con brillos.

—Uy es verdad que genia.

—Viste, y vos me descansas forra.

(...)

Bajamos del auto de mí mamá y caminamos agarradas del brazo hacia la parte de atras de la casa de Franco, el de la joda.

Unos pibes estában entrando y aprovechamos a pasar junto con ellos. Había bastantes personas.

Decidimos ir a la especie de quincho que tenía al aire libre, donde había mucha menos gente.

No sé la cancion que estaba sonando pero estaba buenísima, asi que con Kendra empezamos a perrear.

—¿Que onda brodis?—Dijo Mateo.

—¿Cómo andas primo?—Lo salude mientras seguía bailando.

—¿Cómo andas Matute?—Dijo mí amiga.

—Bien ahora que las veo.—Guineo el ojo y reímos.— ¿Hace mucho llegaron?

—Hace un toque.— Contesto Kendra.

—Cheto.

Me di vuelta para juntar mí culo contra el de Kendra y menearlo hasta abajo como solíamos hacer.

—¿Vino Luciano?—Le pregunté a mí primo.

—Si lo vi por ahi.— Señalo al otro lado del lugar donde estábamos.

Empecé a buscarlo con la mirada, mirando a cada persona que se encontraba al frente mio.

—Boluda la puta madre.— Dije dándome vuelta.— Te juro que vi a Camilo.

—Deja de flashear prima.— Dijo Mateo mientras bebía de su vaso.— No vinieron.

—Boludo te estoy diciendo que lo vi.

—Capaz era otro pibe.—Dijo Kendra mirando hacia donde estaba mirando yo antes.— No lo veo.

—No se.

—Ah mira ahí está Luciano— Dijo mí primo levantando la mano, haciendole un gesto para que venga.

El rubio camino con una sonrisa hacia nosotros.

—¿Que onda?— Se puso atrás mio.— ¿Como estás hermosa?—Coloco sus manos en mí cintura.

—Hola bello.—Le respondí.

—¿Que onda loquito?— Le respondió mí amiga.

—Todo tranqui, ¿vos?

—Bien bien, acá andamos.

Me di vuelta quedando frente a Luciano y pase mis brazos alrededor de su cuerpo.

—Bueno nosotros nos vamos— Dijo mí primo.

—Vayan a chapar, saquense las ganas.— Les respondí.

Apenas se fueron Luciano junto nuestros labios, besaba increíble. Hacía bastante no chapaba con el. Ya lo extrañaba.

4am.

Había estado tres horas con Luciano, ya estaba cansada de chapar. Ahora la misión era encontrar a mis amigos, que rezaba para que estén chapando.

Entre a la casa, donde no había casi nadie. Me metí al baño, antes de seguir buscándolos iba a ver cómo estaba mí maquillaje. 

Con un poco de papel intenté arreglar el labial y salí en busca de mí primo y mí mejor amiga.

Salí del baño y me metí al pasillo de las habitaciones, ahí estaban chapando a no más poder. Sonreí. Al fin se les había dado.

Me di la vuelta y fui hacia la cocina donde estaban las bebidas de repuesto por si las del patio se terminaban.

Fui hacia donde estaban los vasos y agarre uno, agarre la botella de Smirnoff y empecé a poner un poco en mí vaso.

—Mira dónde nos encontramos devuelta.— Me sobresalte.—El destino está a full.—Esa voz yo la conocía.

Me di vuelta. Tenía al mismísimo Mateo Palacios al frente mío.

—¿Que haces vos acá?— Pregunté mientras me volví a dar vuelta para dejar el Smirnoff y agarrar el jugo.

—¿Querés una foto?—Dijo en tono descansero.

¿Acaso el rapero me estaba descansando?

—¿Perdon?—Me volví a dar vuelta y me apoye sobre la mesada.

El nego con la cabeza y sonrió. Hijo de puta que lindo que es. Lo mire de arriba abajo, tenía una campera rompevientos con la capucha puesta, unos de los pantalones que el usaba y sus Nike Air Force blancas.

—¿Por qué no me respondiste?— ¿Que le pasaba? ¿Estaba drogado?






NIKEÉ || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora