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Viernes.

Nikeé.

Me despertaron las lamidas que Mora estaba dejando sobre mí cara. Me estire y me puse boca abajo para seguir durmiendo, no quería levantarme.

Cerré los ojos intentando volverme a dormir pero un fuerte ruido en la cocina se escucho para que después se escuche un grito de mi mamá largando una puteada. Rodé los ojos, me estire para agarrar mí celular.

Abrí Instagram, tenía unos mensajes de Mateo, y un nuevo seguidor. ¿Acaso me había seguido?

Entre a las notificaciones y no, no era Mateo. Abrí el perfil encontrandome con el nombre de turro. ¿Cómo encontró mí Instagram? Entre a las últimas fotos que había subido. Tenía que admitir que tenía facha.

Fui hacia atrás y entre a su historia. La última que había subido era una de ayer en el ascensor. Cerré su historia y lo empecé a seguir.

Fui a los mensajes de Mateo y decía que se había quedado dormido por eso no me había contestado. Le respondí con que no pasaba nada y que yo también me acababa de levantar.

Cerré Instagram y pase a WhatsApp dónde tenía mensajes de Kendra.

Al fin me escribís putita.
//Audio//

Perdón amiga, sabes que
acá no hay mucha señal.
//Audio//

Pero tengo buenas noticias,
ya la semana que viene
volvemos y podemos
salir.
//Audio//

Te dejo porque me están
cagando a pedos porque estoy
gastando todo el internet. Te
amo y te extraño loca. Cuando
vuelva exijo una juntada así me
pones al dia.
//Audio//

Me reí, todavía no sabía nada de lo de Mateo.

Dale reina, te espero con
unos potes de helado.
//Audio//

Solo marcaron un tilde, ya no tenía más internet

Decidí levantarme de la cama e ir a bañarme. Una vez que termine volví a mí pieza y le puse un jogging junto con un buzo, nada de otro mundo. Me cepille el pelo y colgué la toalla para que se seque.

Baje a Mora de la cama y fui hasta la cocina donde me encontré a mí progenitora.

—Buen dia.

—Hola ma.— Dije mientras me apoyaba en la mesada.

—Hoy nos invitó Silvia a comer a su casa a la noche.— Me comentó mientras llevaba la pala eléctrica con agua.

—Que bueno.— Dije dándole una sonrisa falsa. —¿Que va a cocinar?

—Por lo que entendí creo que milanesas, pero no sé.

Por lo menos iba a comer algo rico.

—¿Querés que te haga algo?

—Un café con leche porfa, no tengo hambre.

Le serví comida y le cambié el agua a Mora.

Agarre el café y me senté en el sillón junto a mí mamá.

—¿Por que hoy no trabajaste?

—La empresa cumplió años y no hubo trabajo.

Asinti con la cabeza, todos los años era la mismo. El año pasado habían cumplido 30 años, e hicieron una fiesta.

NIKEÉ || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora