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Miércoles.

Nikeé.

Ayer a la madrugada habíamos quedado con Mateo de que hoy a las cinco de la tarde venía para acá. Estaba nerviosa, recién había caído que iba a estar sola en mí casa con él. Nunca me hubiera imaginado que una historia en Instagram pueda lograr eso.

Sin dar más vueltas me metí a bañar. Tenía unos cuarenta minutos hasta que se haga la hora. Termine, me puse crema como solía hacer y volví a mí habitación.

No sabía que ponerme porque encima estaba cagada de frío. Abrí las puertas del ropero y saque un jean junto con un buzo. Me cepille el pelo y lo seque un poco para que no esté tan mojado. Colgué la toalla en el baño y fui a servirle comida a Mora.

Me senté en el sillón y prendí la tele para no estar tanto en silencio. Llego un mensaje de Mateo avisando que estaba abajo. Me arrepentí, que vergüenza.

Junte fuerzas mientras rezaba para que el portero no esté abajo, toque el botón para el ascensor y se abrió, entre y apreté el botón de la planta baja. Pero un brazo interrumpió que las puertas se cerrarán, rodé los ojos.

Kevin entro con una sonrisa y se puso al lado mío. Me cruce de brazos. El molesto por fin tocó el botón y las puertas se cerraron.

—Buen dia.—Dijo este.

—Hola.— Respondi seca.

Se ve que noto que no tenía muchas ganas de hablar porque se quedó en silenció hasta que llegamos abajo.

Salimos los dos en dirección a la puerta, y por mala suerte el portero estaba. Aunque Raúl me caía bien, pero era un buchón.

Mire hacia afuera y ahí estaba parado, con las manos en los bolsillos del pantalón, la capucha de su buzo puesta y una campera arriba. Miro hacia la puerta cuando Kevin la abrió y se acercó.

—Después te voy a visitar.—Dijo el nombre de turro mientras me guineaba un ojo y se iba.

Hijo de puta.

Lo estaba haciendo aproposito. Dirigi mí mirada hacia Mateo,lo cual estaba serio, levanto las cejas.

—Pasa.—Hable.

Sin decir nada Mateo camino hacia donde yo estaba. Cerré la puerta y lo lleve hacia el ascensor, que por suerte ya estaba con las puertas abiertas.

Llegamos a la puerta de mí casa, todavía en silencio, y lo hice pasar.

—Dame la campera así la cuelgo.—Dije rompiendo el silenció.

El me la dio y me gire a colgarla en el perchero.

—¿Llegaste bien?—Dije dándome vuelta encontrandome con los ojos de Mateo clavados en mí.

—Si, re piola.— Sonrió.

—Me alegro.— Dije caminando hacia el living.

El ambiente estaba medio tenso.

—¿Vos todo bien?—Dijo el mientras me seguía.

—Si, todo tranqui.—Me senté en el sillón y golpee con mí mano a mí costado.

Mateo entendió mí gesto y se sentó.

—¿Pongo alguna serie?— Lo miré.

—De una.—Hizo una pausa.—Pone Breaking Bad.— Dijo este mientras de acomodaba mejor en el sillón, ya que también Mora se había subido.

Puse la serie y la empezamos a ver, la verdad no le estaba prestando atención porque no me interesaba. No me gustaban muchos las series y menos si tenía a Mateo al lado.

NIKEÉ || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora