Over and over ...(cryle )

[I]13

Sigamos con la historia.....

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—¿Por qué quieres estar conmigo?— el pelirrojo adjuntó.

—Porque te amo....— aquella voz tan peculiar en Marsh no era de imaginar.

—Yo ya no— dió vuelta para seguir caminando, sin embargo aquel Stan no lo dejaría ir tan fácil pues con simpátia sostuvo el brazo de quién ahora ya no era su amante. 

—Antes decías que me amabas— Kyle solo sonrió continuamente, indicando su dentadura y lo observó sepulcral.

Ante esto Stan no se dió cuenta cuando el pelirrojo se safó de él mirándolo cómo siempre.

—Pues aveces, dejo de hacerlo— una última mirada fue para seguir caminando —Me eh dado cuenta que solo eres mi amigo y si ya no quieres seguir siéndolo, no te preocupes— este lo miro deteniéndose en mitad de la calle, con aquellos ojos muertos en vida, sin brillo alguno y con algo de frustración —Ya no te necesito—

—¡Ya no eres aquel que yo conozco!— gritó Stanley frustrado.

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Flash.

—¿Kyle?— el rubio lo miraba, se acostaba al lado del pelirrojo, sintiendo el aroma de el menor, tocando su rostro continuamente y en menos de un minuto.

El judío se despertó.

—¿Q-qué?— al tratar de levantarse de la cama, sintió un dolor en sus caderas, era algo que en realidad le dolía,por motivo del dolor cayó acostándose otra vez en la suave cama.

—Lo siento si te parti en dos— río ante lo dicho, el pelirrojo se sonrojo de inmediato y con la almohada, lanzó a la cara de aquel rubio, lo cuál el solo río para si mismo —Está bien judío, aún no entiendo porque me metí contigo—

—No lo se, tal vez porque te gustan los pelirrojos de nueva Jersey— en tono de risa hablo el judío, dando a entender la alegría que le proporciono ante lo dicho.

—Esta bien tomate podrido— no sabía porque no lo mataba en ese mismo momento.

¿Porque empezó a querer a este chico?

—¿Qué vamos a comer Trent?—

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—Mamá....— fue la única vez que vió a su hermano tan asustado, pero para ser sincero....

El también lo tenía.

—Por favor chicos, quédense aquí, por cualquier costo no salgan ni hagan algún ruido— agudizó la voz que tenía su madre, dándoles un beso en la mejilla y cerrando la puerta del ático.

Ahora se encontraban solo los hermanos Brofrosky, llorando mutuamente y con el sueño en el límite, por ese miedo de que si su madre o su padre no volverían.

Estaría solo para siempre.

—Hermano— entre sollozos hablo el menor, soltandose del brazo del mayor —Tenemos que ir ayudar a mamá y papá—

—¡Ike no!— susurro enojado, pues a su madre le había prometido cuidar de Ike si algo pasaría.

—¡Pero!—  los golpes de abajo se escuchaban más frecuentes y uno que otro grito se produjo al instante.

Hasta detenerse y escuchar como aquel hombre caminaba paso por paso, repitiendo el nombre del pelirrojo a cada paso que daba.

El judío con el miedo abrazo al hermano menor, tratando de que Ike no dijera nada y rezando de que no lo encontrarán.