48~Inútiles~

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Quise ver dónde estaba Apolo y sentí que no teníamos una conexión, lo ignoré y seguí caminando con mi padre y Sam, logré ver que Stefan salía de su salón de clases abrazado a una niña y sonreí, logré ver que no tenían ninguna marca de conexión y seguí caminando. Llegamos a la sala de juntas y vi a El Sabueso sentado en su lugar, corrí hacia él y nos abrazamos, me emocioné y apenas nos separamos agarré sus manos.

El Sabueso: Stefan me contó lo que hiciste...

Yo: Tenía que hacerlo para salvarte, tío.

El Sabueso: Pero arriesgaste tu vida por mi...¿por qué?

Yo: Porque eres como un padre para mi y te amo.

El Sabueso: Y tu eres una hija para mi, Florents.

El Gigante: Debemos discutir de un tema importante, señora Reina.

Yo: Sí, por supuesto.

El Gigante se sentó en su lugar y apareció Cipriano vestido de traje, Sam y yo nos quedamos paralizados hasta que vimos que él reemplazaba a Cassandra.

Todos nos sentamos en nuestros lugares y miré a Cipriano, él miró mi mano con mi alianza, logré sentir que se había puesto triste y lo ignoré, miré a El Gigante y hablé.

Yo: ¿Cuál es ese tema tan importante, Gigante?

El Gigante: Logramos ver que en nuestra enfermería faltaban muchísimas unidades de Diazepam.* 

Cipriano: Suponemos que las robó un adicto a ese medicamento.

El Sabueso: En nuestra academia tenemos varios trabajadores que sufren de ansiedad o que cada tanto tienen convulsiones...pero no creo que haya un adicto aquí.

Cipriano: Creemos que el plan de robar el medicamento fue planeado con mucha cautela y anticipación.

Sam: ¿Sabemos el número exacto de medicamento faltante?

El Gigante: 200 unidades.

Yo: ¿¡DOSCIENTAS UNIDADES!?

Cipriano: Necesitamos que firme la orden para registrar las habitaciones de todos aquí dentro.

Yo: Damela.

Cipriano me dio la orden, la leí y luego la firmé, se la entregué, sentí un tipo de tensión entre los dos, me levanté rapidamente de mi asiento y luego me quité mi chaqueta por el calor que sentía en mi cuerpo.

Sam: ¿Estás bien?

Yo: Es una simple subida de temperatura...iré a descansar.

El Lobo: Cualquier cosa que ocurra, te informaré.

Yo: De acuerdo, padre.

Salí de la sala y frené repentinamente, una premonición vino a mi cabeza y seguí caminando cuando terminó, sentí a Cipriano detrás mío y me di vuelta, lo miré y él frenó muy cerca mío.

Cipriano: Sé lo que te contó Cassandra...pero ella está muy equivocada. Sé que me tiene miedo y me toma de violento, pero yo no soy así.

Yo: Cassandra falleció, Ci.

Cipriano: ¿¡QUÉ!? ¿¡CUÁNDO!?

Yo: Hace una semana...

Cipriano: No lo sabía.

Yo: Eres viudo.

Cipriano: Y ahora lo sé...

Yo: ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

Cipriano: El Gigante me hospedó en su castillo mientras que yo me sanaba emocionalmente...

Yo: Ya lo veo...

El Poder De La Sangre OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora