59~El dolor y la sangre~

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Me levanté como pude y caminé hacia Apolo, me arrodille a su lado, puse su cabeza en mis piernas y Ares se sentó a mi lado, me miró y luego miró a su hermano.

Ares: Le contagió esa enfermedad...

Yo: ¿Qué clase de enfermedad es esa?

Ares: Hace que el receptor se haga gigante y luego se convierta en un ente oscuro...pero, en los mejores casos, se convierten en demonios.

Yo: No puedo permitir eso.

Ares: No puedes hacer nada.

Yo: Si, si puedo.

Miré la herida de Apolo y rompí su camiseta, miré a Ares y puse mis manos sobre la herida. Cerré mis ojos, los abrí y estos estaban rosas y azules, comencé a absorber el veneno que tenía Apolo en su cuerpo y cuando logré absorberlo completamente, lo vomité, Apolo despertó y agarró mi mano.

Apolo: Fraser...

Yo: Estás bien, estaremos bien.

Ares: Deberíamos ir los dos a la enfermería...

Apolo: N-no puedo moverme...

Yo: ¿De qué hablas?

Apolo: No siento mis piernas ni mis brazos...

Ares: El veneno suele dar esos tipos de efectos adversos, pero son normales.

Yo: ¿¡NORMALES!? ¡ESTO NO ES NORMAL, ARES!

Apolo: Tranquilizate, Florents. Ares, ¿podrías pedir una silla de ruedas para mí?

Ares: De acuerdo...ya vuelvo.

Ares se fue y Apolo me miró, suspiró, intentó sentarse contra una pared y no pudo, lo miré y lo senté yo, él negó y luego comenzó a llorar.

Yo: Hey, supongo que es normal...

Apolo: No quiero que tengas que encargarte de una academia, de mí y de nuestro hijo...no puedo dejar que lo hagas.

Yo: Puedo hacerlo y quiero, Apolo...

Apolo: Me exiliaré con Los brujos blancos y ellos me ayudarán a recuperarme de esto.

Yo: Los brujos blancos usan métodos extremos, dolorosos y mortíferos. No puedo dejar que lo hagas.

Apolo: Tendré que soportar el dolor y la sangre para poder volver a ser más fuerte...

Yo: Tú no conoces nada sobre dolor, Apolo. No vas a soportarlo.

Apolo: Supongo que tendré que conocerlo para saber qué es lo que se siente sentirlo y soportarlo.

Yo: Apolo...

Apolo: Ya está decidido, Fraser. No puedes cambiar mi opinión.

Ares volvió con la silla de ruedas y ayudó a Apolo a subirse, ambos se fueron de donde estábamos y yo me quedé sentada, mirando la oscuridad mientras intentaba calmarme para no llorar delante de todos.
Un agujero gigantesco se abrió debajo de mí y caí al infierno, aparecí sentada en mi trono y miré a Seth, él negó sin saber qué ocurría hasta que los guardias del infierno trajeron a la madre de Apolo.

Guardia: Dice que tiene información muy importante.

La Sombra: Florents, debes escucharme

Seth: ¿Qué ocurre, Sombra?

La Sombra: Deben dejar que Apolo vaya con Los brujos blancos...pero ustedes deben tener cuidado.

Yo: ¿Cuidado? ¿Con qué?

El Poder De La Sangre OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora