el fuego es traicionero, ilumina tu camino a la vez que te quema.
•jasper hale x oc
•empezada: 09/02/2020
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La pelirroja maldijo cuando la calidez y comodidad de su coche fue remplazada por el frío característico de Forks, la pelirroja soltó un bufido tratando de encender su cigarro.
La de esmeraldas como ojos colocó sus manos en una posición que tapase el mechero impidiendo que el viento lo apagase, Mónica pegó una calada antes de ver como el rubio aparecía delante de ella, la chica le soltó el humo en la cara pero este no se inmutó.
—¿Podemos hablar?—cuestionó Jasper y ella asintió lentamente, él entrelazó sus manos causando que la sangre le subiese a las mejillas a la pelirroja, el rubio comenzó a caminar en dirección al bosque.
—¿Y las clases?—cuestionó la pelirroja.
—No pasará nada si te las saltas por una vez.
—No sabía que eras un chico malo, Jazz.—se bueno la pelirroja provocando una sonrisa de lado en el rubio.
El silencio se instaló entre ellos a la vez que los nervios causando que Mónica se encogiese en su sitio agarrando con fuerza la mano del contrario.
Cuando Jasper aminoró su paso la pelirroja hizo lo mismo jugando con los cortos mechones de pelo que nacían en la parte trasera de su cabeza.
—Creo que ya sé lo que vas a decir.—susurró Mónica soltando sus manos, el rubio la observó extrañado.
—Prueba.—la chica suspiró mirando sus zapatos, toda la confianza en su cuerpo se había disipado ante la fuerte mirada de Jasper sobre ella.
—Yo...Sé que estás arrepentido por lo que ocurrió el otro día, quiero decir, no soy buena besadora aunque tú sí y mucho...¿Qué estoy diciendo?—la pelirroja se golpeó mentalmente por haber divagado tanto al perderse en los ambarinos ojos de Jasper.
—Mónica.—al oírle decir su nombre un escalofrío recorrió su columna vertebral.
—Espera, déjame terminar. Si no quieres ser nada más lo entiendo pero, por favor, no termines nuestra amistad.—el rubio sonrió con ternura acercándose más a ella.
—¿De verdad crees eso?
—No lo sé, ¿tú piensas eso?—Jasper sonrió abiertamente colocando su mano detrás de la nuca de la pelirroja que sintió sus piernas flaquear.
—Mónica, en lo único que pienso durante todos los días es en ti.
—¿Eso es un no?—cuestionó con una sonrisa apareciendo en su rostro por encontrar a alguien cuyos sentimientos sean recíprocos a los de ella.
—Ninfa tonta.—susurró Jasper justo antes de besarla.
La pelirroja le correspondió con ansias enredando sus dedos entre los mechones del vampiro que saboreaba sus labios felizmente y sin preocuparse por descontrolarse pues no sabía la razón pero a pesar de que la sangre de Mónica era en cierto modo apetitosa para él, esta no le impedía poder disfrutar de la pelirroja, Jasper se sentía conectado con ella de una forma más poética que por el olor de su sangre. El rubio sonrió entre el beso por dos razones, una: estaba besando a Mónica sin que ella le empujase y dos: había encontrado el ansiado sentimiento del que Carlisle le había hablado tanto, él había hallado a la Esme de su Carlisle o a la Rosalie de su Emmett.
†
Para Mónica el resto del día se le hizo monótono excepto por los momentos libres que pasaba con Jasper y por la clase que compartían juntos en la que no prestaron atención y, en cambio, habían estado jugando dándose pequeños empujones o tirándose trozos de goma. Parecían unos tontos adolescentes enamorados, a pesar de que él tuviese más de un siglo, y eso era lo más bonito de todo; que ellos pudiesen mostrarse tal y como eran en su relación sin necesidad de ocultar nada pues ya lo sabían todo el uno del otro.
La pelirroja iba a meterse en su jeep justo cuando unos congelados brazos rodearon su cintura asustándola, Mónica apoyó su cabeza en el hombro del rubio durante unos segundos justo antes de girarse sonriente.
—¿Ibas a algún lado?—Jasper besó su cuello con un cuidado extremo, la sonrisa de la pelirroja aumentó.
—En verdad sí, la manada me invitó a hacer salto de acantilado.—el ceño del rubio se frunció un poco por el peligro que el último acto conllevaba.
—Pásatelo bien pero ten cuidado con el acantilado.—advirtió el rubio.
—¿Te preocupa eso y no que esté rodeada de tres chicos sin camisa?—cuestionó la pelirroja con una sonrisa ladina, el rubio negó asegurando más su abrazo en Mónica.
—Sinceramente, no. Son tus amigos y a pesar de que sean unos perros apestosos sé que no te harán nada.—los ojos de la pelirroja se iluminaron y Jasper sonrió al sentir su felicidad a través de su don.
—Eres un novio asombroso, Jazz. Cualquiera de mis exparejas me hubiera dicho que no podía ir.—admitió la pelirroja y el rubio se separó de ella para poder besar su frente.
—Técnicamente no somos pareja todavía.—la pelirroja rodó sus verdes orbes.
—Tenías que arruinar el momento.
—Yo solo digo que...—la pelirroja se cruzó de brazos sonriendo burlona.
—Está bien. Jasper hale, ¿quieres ser mi novio?—una sonrisa decoró el rostro del rubio.
—Claro que sí.—la pelirroja colocó su mano en la mejilla del vampiro antes de acercarse a besarlo felizmente bajo la mirada emocionada de la familia del rubio.
—¿Contento?
—En realidad, yo quería pedírtelo.
—Jasper ya no estamos en...¿cuándo naciste exactamente?—cuestionó la pelirroja confundida.
—En 1844.—la boca de Mónica se abrió ligeramente con sorpresa.
—Oh, y yo creyendo que dos años era mucho tiempo.
—Lo siento, rojita, estás saliendo con un viejo.—los dos sonrieron mientras la pelirroja le robaba un beso a Jasper antes de meterse al jeep.
—Quiero presentarte a mi familia oficialmente como mi novia, ¿vendrás?
—Novia...Me gusta esa palabra. Claro que iré, Jazz.
—Debía asegurarme. Nos vemos, rojita.
—Adiós, oxigenado.—Jasper iba a replicar ofendido pero el sonido del motor del jeep de la pelirroja rugiendo le interrumpió para poder ver como ella se marchaba dejándolo sonriente viendo como su matrícula se perdía entre las rutas de Forks.
no pude resistirme, hay una nueva historia de jasper en mi perfil
