ONE-SHOTS KATSUDEKU

Sueños Húmedos

Por la ventana de su habitación, en medio de la oscuridad nocturna, se filtran los destellos de la "luz" lunar, que hace ver los detalles de su habitación.

La cómoda, la lámpara en su escritorio, sus pesas sobre el mismo... La ropa dispersa por el suelo de su habitación y el cuerpo que está sentado a horcajadas sobre su entrepierna.

El sudor perla la frente de su amigo de la infancia, su mayor rival en la UA, su primer amor.

¿Qué hacían gimiendo y follando en su habitación, en los dormitorios de la UA?

"Sí es otro estúpido sueño húmedo ¡lo voy a disfrutar!"

—¡Ah!

—Cállate nerd lascivo.

Sus labios irrumpieron en los contrarios, la dulce boca del peliverde era tan suave y deliciosa como en cada uno de sus sueños que últimamente estaban llenos
de lujuria y placer.

Oírlo ahogar sus gemidos en su boca era indescriptible. Sus manos gozaban del tacto suave y etéreo de esa piel, hoy el sueño era mucho más vívido que los anteriores donde todo se resumía al coito desenfrenado hasta terminar, agitado y despierto entre sus sábanas húmedas por su esencia.

Fantasías, que empiezan a formar parte de su propia piel...

Esta noche no, podía palpar su suavidad, deleitarse con su desnudez a contraluz.

Todo de él luce hermoso bañañado en sudor y el brillo lunar. Dándole un aura distinta, como si fuese un sueño hecho realidad... Pero estaba seguro de que sólo era eso, un sueño.

En un arrebato giró empujando el cuerpo del pecoso sobre su cama, aprisionándolo con su cuerpo.

La fricción de su pene frotándose en el surco enmedio de sus glúteos le causaba escalofríos en la base de su vientre, la espalda blanca ligeramente sonrojada por el calor del momento y bañada por pequeñas y hermosas pecas le parecía una verdadera obra de arte, el lienzo donde dejaría las marcas de su amor.

Mordidas, succiones y muchos besos, trazaron el camino desde su espalda hasta su nuca, donde disfrutó de besar aún más, sus gemidos en la almohada sonaban a gloria.

—Gime para mí Deku... Arh no sabes cuanto me encanta hacer esto «En mis sueños claro, creo que nunca te diré nada en la realidad, estúpido nerd»

Le sorprendió la calidez de su interior, exploró sus paredes con sus dedos, ese lugar al que tantas veces ha ingresado, en sus fantasías, simulando embestidas disfrutó de ver al pecoso estremecerse, dos dedos entrando y saliendo, en un ritmo casi hipnótico, luego tres.

«Está tan apretado»

—Relájate nerd... Y-ya quiero entrar.

Su miembro palpitaba, la inflamación de su excitación comenzaba a tornarse incómoda, quería aliviar la entrando a ese pequeño lugar, tratando de controlarse alineó su erección a su entrada, Izuku levantó las caderas listo, dispuesto, ansioso por recibirlo.

Una sonrisa torcida apareció en el rostro del cenizo, Izuku era un lascivo, y le encantaba.

Con parsimonia, disfrutó de la vista de su miembro hundiéndose en su carne, está vez la sensación era abrumadoramente real, la textura suave de su piel, mientras se aferra a sus caderas, la calidez de su interior rodeando su hombría.

Con los gemidos de Izuku resonando descaradamente por toda la habitación y sus incoherentes intentos de decir su nombre ¿Cómo podría detenerse o estar satisfecho de ello?

Las embestidas creaban otra serie de sonidos, obscenos y lascivos, los que sus pieles estrellándose una contra otra, creaban. Su pelvis se balanceaba en un ritmo constante, azotando sin descanso la redondez del trasero de sus sueños.

Era el mejor de sus sueños sin dudas.

Los espasmos de Izuku al venirse sobre sus sábanas, le hicieron una presión sumamente placentera en su falo, una embestida más y se corrió llenando su interior con oleadas de su esencia, al compás de sus contracciones causadas por el inminente orgasmo que recorrió su cuerpo, erizado sus vellos y crispando cada uno de sus nervios.

Rendido se dejó caer al lado de su amado, su pecoso, su rival, su todo.

«Mierda... Solo es un sueño»

Suspiró abrazando al pecoso que giró para verlo a los ojos, sus hermosas esmeraldas brillaban aún en la oscuridad, felinos y enamorados, igual que sus rubíes.

—Te amo Kacchan.

—Y yo a ti idiota.

Acarició sus mejillas, observando la perfección de su rostro, contando sus pecas  en ellas, hasta que el sueño, en su sueño, los venció a ambos.

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Pero, al despertar, Izuku aún estaba allí.

FIN

Jsjsjsjs
Amé este pequeño Oneshot, estaba oyendo la canción “Dulces sueños” de un grupo llamado Fábulas Áticas, es guatemalteco. En fin, Amo esa canción, aunque no tiene nada que ver con la historia XD solo me dio la idea.

Nos leemos en otras historias.

Besos
💋💋💋
🇬🇹