Mas allá de lo visible

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Mini OS Bakudeku

Fue una tarde de verano.

Mis piernas dolían por el esfuerzo y mis pulmones quemaban tratando de enviar oxígeno a cada parte de mi cuerpo que en mi vertiginosa huída hacia caso omiso de cada jodida sensación.

A lo lejos aún podía oír los sonidos distorsionados de las sirenas, pero ya no podrían encontrarme, entre jardines y patios traseros logré escabullirme como siempre.

Todo terminó en un hermoso jardín lleno de rosas y demás flores que no pude identificar.

-¿Sabes de qué color son?

La voz dulce de un omega peliverde me hizo saltar sobre mí mismo. Aún lleno de adrenalina extendí el filo de mi arma hacia él, pero ante mí, unos hermosos, pero vacíos ojos verdes, no titubearon ante el destello amenazante.

-¿Las rosas?

Pregunté cómo único reflejo, maravillado ante las curiosas pecas en cada mejilla y la sonrisa amable en su rostro.

-Sí, es que las cuido cada día, pero nunca las he visto.

Allí lo comprendí, silenciosamente observé todo su ser; calcetines de diferente color, unos zapatos de un rojo alarmante, overol de lona desgastado y un lindo suéter de lana de diferentes colores.

-Son rojas, como mis ojos.

-Gracias, han de ser hermosas... Tus ojos también.

Entre calidad risas, su aroma a jazmín inundó mi ser. En respuesta, mis feromonas amaderadas llegaron a su nariz de botón, que linda se agitó curiosa.

Ambos lo sabíamos, encontramos nuestro destino en ese preciso instante.

Nervioso me acerqué al ver que extendía sus preciosas manos, buscando acercarse.

-Es curioso, nunca creí encontrarte así.

Dijo en un tono de voz sereno y tranquilo, mientras mis manos tomaron las suyas.

-Yo... Yo tampoco.

Con horror pude ver cómo sus dedos de piel tersa y blanca se manchaban de rojo entre mis manos.

-Eres tan cálido... ¿Te quedarás?

No pude pensar en nada más que vivir una vida apacible a su lado, cuidar de su jardín y llenar el patio de su linda casa con las cámadas de cachorros que pudieran venir. Pero ¿Sería justo?

Un alma sucia como la mía solo le afectaría. Las vidas que quité, acampan a mi alrededor, como un recuerdo de lo vil que mi alfa puede ser, sediento y ansioso por desgarrar, golpear y matår.

-Yo... No sé, no podría...

Quise soltarme, pero sus manos se negaron a dejarme.

-Por favor, es muy triste vivir solo, no seré un lastre, puedo cuidar de mí, y sé que también de ti.

Sus ojos, aunque distantes, se cristalizaron ante las eminentes lágrimas. Todo mi ser, mi alfa y mi conciencia gritaron en respuesta. Aquellos instintos que me obligaron a dejarme caer en la locura y violencia, respondieron, logrando que por primera vez en mi vida, la dulzura surgiera en un abrazo.

-No, no llores, me quedaré, solo, no llores por favor.

Gimoteando y gorgojeando en mi pecho, mi alfa estaba tranquilo y por primera vez en muchos años, de acuerdo a mi conciencia.

"Lo encontramos"

Lo que comenzó como una guerra por sobrevivir a mi dura infancia, la vida en las calles y mis ingobernables instintos, terminó como no pensé que lo haría.

Izuku Midoriya, es el nombre del omega que me dio un hogar y una familia; el pequeño omega ciego y solitario que vivía de la pensión que sus padres enviaban como forma de no tener que cuidarlo.

Mi omega, el único ser que vio a través de mi enfurecido exterior, a pesar de no poder ver en realidad.

El amor de mi vida, por quien empecé a vivir y por quien dejé de dañar a otros. Pieza a pieza, trozo a trozo, él unió mis fragmentos con amor y compasión.

Ahora, como un padre orgulloso y un esposo amoroso, yo, Katsuki Bakugo, creo que al fin puedo dejar el pasado atrás.

Fin

ONE-SHOTS KATSUDEKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora