El Gran Navegante, estaba siendo atacado desde lo más profundo del mar. Los hombres de expedición disparaban a lo lejos, pero, era imposible ver con exactitud que los atacaba. Francisco fue a buscar a Martín en el escondite, pero, abrir la puerta le resultó más complicado de lo que él pensó, luego de hacer suficiente fuerza para abrirla Martín pudo salir del lugar. Francisco y Martín, se dirigían al sector donde se encontraban los hombres de expedición batallando contra la criatura desconocida. La niebla era demasiado abundante para poder observar el peligro, pero Francisco y sus hombres sabían que lo único que podía generar tal ataque era una bestia marina, las más grandes y poderosas bestias que pueden rodear el Gran Bosque. Francisco activó escudos para poder proteger a la embarcación, pero, las gigantescas olas y el rugido potente y temible que ascendía de lo profundo del mar lo hacían temblar de miedo.
La bestia, parecía jugar con la embarcación ya que se movía lentamente alrededor de esta y la golpeaba con partes de su cuerpo. Los hombres de expedición sacaron sus mejores armas, todos ponían en riesgo su vida para poder defender a el Gran Navegante.– ¿Qué hacemos ahora? – Gritaban con desespero los hombres de expedición al no encontrar a la bestia. –Eleven sus armas, estamos siendo atacados por una bestia marina y no por cualquiera, por una muy peligrosa. – Respondía Francisco con temor. –Nunca hemos enfrentado una bestia de tal magnitud, batallaremos y moriremos si es necesario, nos defenderemos los unos a los otros y destruiremos a esa basura marina que nos quiere hundir. – Verónica, alentaba a los hombres de expedición. Martín, tomó un arma y fijó su vista en dirección al mar cuando de repente una inmensa "araña marina" o conocida por su nombre como Pexillom, ascendió de lo más profundo del mar mientras una extensa capa de niebla bordeaba su cuerpo. Francisco y los hombres de expedición dispararon repetidamente a la bestia, pero, esta era muy resistente al leve daño de que le provocaban.
Los hombres de expedición estaban aterrorizados cuando vieron por primera vez a la criatura y cuando esta caminaba por encima de ellos. Una enorme bestia con apariencia similar a una araña de color amarillo, sus rugidos sonaban fuertemente y eran increíblemente agudos. Los hombres continuaban disparando pero derribarla era casi que imposible. Francisco, cambió de plan y activó las armas lanza fuego de la embarcación para atacar a la bestia. – Su punto débil son las patas, he investigado sobre esto Francisco, lánzale fuego a las patas para derribarla. – Gritaba Martín a Francisco. Francisco obedeció a su amigo, y resultó un tanto satisfactorio, la bestia cedía ante el fuego proveniente de las máquinas especializadas de la embarcación y aunque la bestia se debilitaba no fue suficiente para derrotarla. El Pexillom, movió fuertemente una de sus enormes patas envueltas en fuego contra la embarcación y producto de este gran golpe, muchos hombres de la embarcación salieron disparados y cayeron al mar; unos cuantos cubiertos de fuego.
El Gran Navegante, perdía velocidad después del ataque y la bestia enfurecida perseguía a Francisco y a su equipo. Verónica, dirigía a los hombres de batalla para seguir atacando a la bestia, pero, esta se movía mucho más rápido que la embarcación hasta el punto de lograr alcanzarla. –Tenemos que huir, estamos cerca de la Zona Roja. – Decía Francisco angustiado. – No podemos hacer eso Francisco, moriremos al llegar, hay muchos riesgos y uno de ellos es llegar desarmados a la zona. – Alertaba Verónica con preocupación – ¡Debemos saltar o todos moriremos! – Ordenó Francisco. La bestia seguía golpeando la embarcación con fuerza y se adhería a esta para sumergirla en lo más profundo del mar, los soldados no dejaban de batallar con la bestia y muchos morían en el intento. La gran bestia, lanzaba sus patas puntiagudas en contra de la embarcación y en uno de estos intentos atravesó a Lucía y a otros hombres de expedición y posterior a esto los sumergió en el fondo del mar. Francisco, dio la orden a todos los soldados de saltar al mar ya que la embarcación estaba en pedazos. Martín, Francisco, Verónica, Mario y Josué, intentaron mantenerse unidos al saltar, por otro lado los hombres de expedición se lanzaron junto con ellos, pero, muchos fueron sumergidos junto con la bestia a lo más profundo del mar.
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La Zona Quimérica
MaceraEn una isla donde se divide a la población según su clase social. Se pretende crear un proyecto donde las personas puedan vivir la vida que siempre han anhelado por medio de un sueño eterno. Martín siendo un joven privilegiado de la zona más poderos...