❁ Capítulo 5 ❁

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Regresé a casa, pensativa, por lo que había pasado ahí dentro. Saber que supo mi información fue incómodo y a la vez molesto, tu vida personal está rolándose entre las empresas y lo peor de todo que te critiquen por lo que haces o enterarse de que te han corrido por algún error que cometiste. Es una simple pesadilla.

Como lo esperé, no había nadie en la casa, me senté en el sofá y comencé a analizar la oportunidad que me ofreció. Por una parte está bien porque seguiría trabajando y no perdería tiempo en estar buscando trabajo. Pero por otra parte, no sé cuales sean sus intenciones conmigo, no es normal que un famoso lleno de riquezas se fije en la mujer más humilde que haya conocido en su vida.

El teléfono sonó de nuevo, me levanté y lo contesté, y como en la mañana, nadie respondió. Colgué y me dirigí a la cocina cuando de nuevo empezó a sonar. Esta vez, enojada, lo contesté enfadada por la situación, y como lo esperé, nadie me contesto, la otra línea estaba callada. Iba a colgar cuando escuché una respiración. Me causó curiosidad y seguí en línea.
La respiración era intensa, no sabía que estaba pasando y estaba asustada.

No esperé más y colgué, ya no volvió a sonar y me dirigí a la cocina.

Después de varias horas, lo pensé bien y le iba a aceptar el trabajo, pues no tengo otra opción, debo trabajar o no me alcanzará para pagar la renta, el agua o la luz.

Empecé a arreglarme, y Rouge llegó del trabajo agotada, como siempre le ha pasado desde que trabaja en esa cafetería.

— ¿Otra vez saldrás con ese empresario? — pregunta con una sonrisa.

— Me invitó a salir, solo eso.

— Me contaste por teléfono que te quería ver porque te propuso trabajo. Por cierto, lamento que te hayan despedido, de verdad.

— No te preocupes, por lo menos creo que conseguiré un nuevo trabajo y tal vez desde mañana empiece.— mencioné con una sonrisa de oreja a oreja.

No me agrada la idea de trabajar para alguien más, desde que era una niña nunca me ha gustado, pero no tengo otra opción y lamentablemente tengo que hacerlo.

Como la última vez, escuché el claxon de su auto, así que me despedí de mi amiga y me salí del departamento. Me puse de nuevo un vestido por si me quiere llevar a cenar de nuevo. Cuando salí, bajó su vidrió y me vio. Me sonrío y se salió del auto, me acompañó a que me subiera al auto.

— Me agrada que hayas aceptado salir conmigo, de verdad, me encanta salir contigo.

Sus palabras me hicieron sentir bien, por lo que solo sonreí y solté una pequeña risa nerviosa, y claro, un ligero rubor por todo mi rostro. Arrancó y por la ventana, vi de nuevo el hermoso paisaje del lado de los ricos. Es sorprendente el lugar, me encanta verlo y además sus colores son vivos.
Me di cuenta que nos estábamos alejando de la ciudad, el piso ya no era de cemento, era el pasto verde que lo cubría y además las estrellas brillaban más de lo normal. Y pocos minutos después, nos bajamos en unas colinas hermosas, extendió una manta y me dio la señal de que podía sentarme, la verdad me estaba gustando la idea de pasar parte de la noche en ese lugar.

— ¿Te gusta la vista? — pregunta mirándome directamente a los ojos, aunque a veces desviaba su vista a mis labios.

— Si, me encanta, yo venía de niña aquí, mis padres siempre quisieron que viera lo más hermoso de este planeta, y cada fin de semana me llevaban aquí.— mencioné cuando en mi mente pasaron todas esas escenas cuando aún mis padres estaban vivos.

Me sonrió, se acostó y observó las estrellas, yo, viendo en sus ojos, podía ver el cielo, combinado con sus ojos esmeralda brillantes, hasta que se dio cuenta que lo estaba mirando.

❁ 𝟱𝟬 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃 ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora