❁ Capítulo 38 ❁

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Lo vi, la sangre se me congeló, y mi cuerpo se paralizó. No podía engañar más a mi corazón, simplemente me duele hacerlo. Corrí en dirección a él, y lo abracé. 

De nuevo, pude oler ese perfume varonil que tanto me encanta. 

Me envolvió con sus brazos, como un dulce a punto de ser cerrado con la envoltura.

Duramos demasiado tiempo abrazados, las lágrimas no faltaron, y nunca me sentí tan viva, tan acelerada. Tenía muchas ganas de verlo, no quería separarme de sus brazos. 

Con su mano derecha, acarició mi mentón, y con su fuerza, hizo que mi cabeza viera hacia su altura. 
Lo vi directo a los ojos, hace días que no veo esos ojos esmeralda que tanto me encantan, esos destellos que brillan a la luz del sol, y al reflejo de la luna, son los más oscuros que puedes observar.

Se acercó a mis labios.

No lo detuve, no puedo engañarme a mí misma, deseaba esos labios con locura. Poco a poco, mi mente colapsaba, ya no me importaba que me mintió. 
Sus actos provocadores hacían que olvidara todo lo negativo que ha hecho.

Junto sus labios con los míos, sentí por milésima vez esa miel dulce. He pensado varias veces que se coloca algunos granitos de azúcar a propósito. 

Se separó, y me volvió a abrazar.

— No sabes cuánto te extrañé, el tiempo pasaba demasiado lento. Mis noches sin ti no fueron las mismas, te necesito en mi vida, Amy Rose. Necesito a ese pequeño ser que cargas a mi lado.— confesó susurrando en mi oído. 

Sentía escalofríos, no me agradaba mucho que me hablaran en el oído. Aunque no niego que dependiendo de la persona, es una sensación erótica.

— Te pido de rodillas que vivas conmigo, y formemos una familia feliz.— se arrodilló frente mío y tomó mi mano.— Por favor Amy Rose. Todo lo que hice no fue para lastimarte, tampoco pretendía ocultar semejanza de estupidez.

Mi corazón se derritió ante esas palabras. Mi corazón me decía que no debía decir que no, que algo muy grande y sorprendente pasará. Mi mente, estaba de acuerdo con hacerlo. 

— Está bien, pero dame un poco de tiempo, aún quiero vivir unos días más con mi mejor amiga.— contesté mientras le daba señas que se parara.

— Me alegra escuchar eso. Te quiero invitar al lugar que tu prefieras. ¿Qué se le antoja a la princesa? — preguntó, y reí un poco. 

— Se me antoja un helado, pero espero no vomitarlo. 

— Aunque lo hagas, te compraré todos los necesarios, con el objetivo que quedes satisfecha.

Sonreí, y de nuevo lo abracé.

— Te amo Sonic.

— Te amo mi rosa hermosa.

Me tomó de la mano, y me llevó a una heladería cercana. No podría describir la felicidad que llevo conmigo. Me siento viva, como lo fue en un principio.

 Me siento viva, como lo fue en un principio

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❁ 𝟱𝟬 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃 ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora