❁ Capítulo 32 ❁

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🌸 1 mes después 🌸

Todo pasó muy rápido, el coche de Sonic se lo entregaron, y mis sesiones de psicología terminaron definitivamente. La psicóloga que me atendía me notó muy tranquila por la situación que pasé.
El estrés de Sonic se fue, y no ha vuelto desde entonces. Hemos vivido como lo fue en un principio, y me agrada demasiado que ambos hemos olvidado el horrible pasado que experimentamos. 
También, volví con mi amiga Rouge, ese es mi hogar desde hace tiempo y no pienso dejarlo hasta casarme. 

Esta mañana, me tocó revisar algunos papeles, y debía entregarlos a más tardar hasta las 3 de la tarde. Eran urgentes y los necesitaban lo más pronto posible. 

Hace unos días, había oído rumores que una nueva empleada entró a trabajar con nosotros. No la he visto, la empresa es muy grande y no salgo mucho de mi oficina, no como antes solía hacerlo. 

Por otro lado, Sonic quiso que conociera más a la persona quien lo acompañó a mi rescate. Con mucho gusto acepté y la cita es hoy mismo en la noche, en el mismo restaurante que me llevó la primera vez.

Tuve que bajar con Tails, me llamó para que me entregara algunos papeles e igual revisarlos. Después de ello, entregárselos a Sonic. 

— No pierdas ni una hoja, son importantes y es necesario que revises la ortografía, ya sabes, lo habitual.— ordenó Tails.

— Algo huele mal aquí.— dije tapándome la nariz. 

— Yo no huelo nada, a excepción del aromatizante que esparcí hace unos minutos.— señaló el bote.

Me acerqué al agujero y efectivamente, era el aromatizante. Me alejé lo más pronto posible.

— Pero si huele bien.— afirmó mientras observaba la información del envase.— Aquí dice que huele a playa tropical, vaya nombres que colocan. 

— Ese aroma me gustaba hace tiempo, no sé por qué ahora huele diferente. Te veo después.— me fui de ahí aún con la nariz tapada. 

Me subí al elevador y en lo que subía, decidí revisar y leer los papeles. Hablaban sobre un negocio con una empresa extranjera, y que compartirían un nuevo producto. 
El elevador llegó hasta el piso donde se encuentra mi oficina, aún leía las hojas, y choqué con alguien. Eso hizo que mi cuerpo reaccionara y caminara hacia atrás, como un cangrejo.

— Fíjate por donde caminas.— dijo aquella voz, no era masculina, era femenina, y un poco grave.

— Perdóname.— me disculpé sobando mi frente.— Venía leyendo estos papeles y quería verificar que ningún papel se cayera por los pasillos. 

— Sí, no importa. No te he visto todos estos días que llevo trabajando por aquí. Bueno, no importa, como una persona amable, en cualquier caso que necesites algo, mi oficina se encuentra a dos pisos abajo de aquí. Mi nombre es Blaze.— se presentó la gata morada, yéndose.

Volteé a verla y observé sus tacones, eran increíbles, deseaba uno como los de ella. Su estilo era raro, pero se veía bien. 

Regresé a mi oficina y reanudé mi trabajo. 

Pasaron las horas, y sin darme cuenta, acabó mi jornada de trabajo. Como siempre, me dirigí a la oficina de Sonic y lo esperé sentada.

— Hoy que bajé con Tails, compró un aerosol que olía horrible, casi me hizo vomitar.— comenté jugando con un lápiz que tenía en su escritorio. 

— Siempre compramos el mismo y apenas te quejaste, eso es extraño.— rió.

— Se me antoja arroz con ketchup.

❁ 𝟱𝟬 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃 ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora