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Irene

Lou me había contado ya la historia de Ana y Emilia, para mí era sorprendente. Pero sabía que el pasado era pasado y que yo quería lo mejor para Claudia, aunque yo no podía evitar las burlas del destino.

Estábamos en casa de Lou, su prima Maggie acababa de llegar, así que le comentamos acerca de lo que íbamos a hacer el viernes y que Claudia los estaba invitando, no sé negó, claramente.

—Hay que decirle a Milo talvez quier...

No terminó, miré s Lou, si Maggie invitaba a Emilia todo se pondría patas arriba.
Sólo se había equivocado, al parecer antes salían mucho ellos cuatro. Ellas hablaron un poco más de pronto Margarita se puso seria.

—Lou, quería preguntarte algo

Me miró nerviosa, no quería hablar frente a mí.

—¿Sobre qué?

—Sobre Milo y...

La chica volvió a mirarme y mi novia la instó a que continuara. Entonces me atreví a interrumpir.

—Si crees necesario puedo dejarlas solas

—No, está bien

Maggie suspiró.

—¿No le dirás a Ana que Milo está aquí?

—No

—¿Le has dicho a Milo que tú y Ana son muy amigas?

—Jamás se lo he comentado

—¿No crees que sería bueno que lo supieran?

Yo sabía porqué estaba tratando de evitarlo, juntarlas podía traerles problemas, pero también a ella, Ana y su prima podían terminar enfadadas con ella y eso no sonaba bueno. Sin embargo estaba de acuerdo con Maggie, ambas merecían una explicación de lo que sucedió entre ellas.
Y sólo pude pensar en lo que le había dicho antes a Lou, si estaba en el destino, hasta lo más absurdo las reuniría.

Claudia

Era jueves, estaba haciendo la comida para cuando mi madre llegara, de pronto me acordé que quería invitar a Stephan a la celebración que haríamos al siguiente día.
Saqué mi teléfono y busqué su ventana de chat.

—Te invito mañana en la noche a celebrar que me fue bien

No tardó mucho en responder.

—¿A dónde?

—A un bar del centro. Lionetta también está invitada

Estaba por preguntar si ella podía venir

—Claro que sí, más tarde te envío la dirección

De acuerdo

—Bye

Sonreí, mas tarde, mientras cenaba con mi madre le dije:

—Mamá, mañana en la noche saldré con mis amigas ¿podría prestarme el carro?

—Ese carro más parece tuyo que mío

Me reí.

—Bueno ¿me podría prestar mi carro?

—Estás loquita, Claudia. Te lo presto, pero no te quiero llegando a la una de la madrugada ni te quiero hasta las chanclas

—¡Ay! Así qué chiste

Nos reímos.

—Quiero que seas responsable, porque si tienes un accidente la responsabilidad es toda tuya, si pasas la noche en detención es tu responsabilidad por manejar en estado de ebriedad. Y no quiero ninguna de esas cosas para ti

—Eso no va a pasar

Incluso sobria tenía una gran responsabilidad de regresarle intacto el auto a mi madre, ella se había esforzado por comprarlo y sería muy feo regresarselo con el mínimo rasguño. Debía valorar mucho el privilegio que me daba al prestármelo.

El viernes a medio día fui a almorzar con Ana, el día anterior le había dicho que yo llevaría la comida. Al llegar me encontré, como siempre, al licenciado Palacios.

—Buenas tardes, señor

—Buenas tardes, Claudia ¿Ya a almorzar?

—Sí

—Huele delicioso. Las dejo para que coman tranquilas. Buen provecho

—Gracias, igualmente para usted

Tenía entendido que él iba a su casa a almorzar, porque no le quedaba lejos, más de una vez había invitado a Ana.
Cuando se fue entré al despacho.

—Hola, amor

Ana alzó la vista y sonrió. Mientras almorzábamos me contó un poco acerca de su mañana y el cómo casi se pasaba de su parada de autobús.

—Debes dormir más temprano, para que no te dé sueño y te lleven incluso a otro país

—Ja, ja, qué chistosa. Dormiré hoy, lo prometo

—Sí, te creo

—Claro, dormir relajada es lo mejor del mundo

—Yo no podré beber mucho, llevaré el auto de mi madre y como comprenderás es...

—...mucha responsabilidad

Completó mi frase.

—Sí, pero creo que pasarla bien, bailar un poco y reír; y sobre todo, verte a ti, es más que suficiente

—Eres un amor, mi amor

Me sonrojé. A veces las palabras sólo salían y no me daba cuenta.

—Vendré por ti en la tarde ¿Te parece?

—Está bien. Nos vemos en la tarde

Iba a darme un beso, la detuve y se lo dí en la mejilla, un poco después entró su jefe, suspiré con alivio no quería que Ana tuviera problemas con él a causa mía o algo así.

Presiento que ésta semana será difícil 😂

Salazar ¿Slytherin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora