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Otro agosto iniciaba, se cumplía un año de conocer a Ana.
Durante la vacaciones me había planteado hablar con Lourdes para estar segura de que Irene por lo menos tenía una oportunidad con ella.

Después de nuestra clase de las diez y media me atreví a secuestrarla lejos de Irene y Ana.

—¿Qué pasa?

—Nada, sólo quiero preguntarte algo

—¿Qué cosa?

Preguntó con desconfianza.

—¿Hay alguien que te guste?

Me miró muy seria.

—Eso no te importa

—Has estado sola desde que...

—¿Qué, si quiero estar sola? Me gusta estar así

—Josué...

—¡No lo menciones!

—Mereces darte una oportunidad con alguien más. Alguien que te quiera bonito

Lourdes entre cerró los ojos.

—Más te vale que no estés intentando hacerla de cupido porque...

—Tus amenazas no me dan miedo

—¿Segura?

Imaginé cualquier cosa de lo que ella sería capaz de hacer y eso me hizo replantearme las cosas.

—Bueno... Sólo quiero saber si hay alguien que te guste

—Hay alguien que me gusta, pero a ti no te importa

—¿Es un chico?

Lourdes me miró furiosa. No le gustaba hablar de cosas personales, pero insistí.

—¿Lo es?

Alcé una ceja.

—¡No! ¿Feliz? No es un chico. Ahora déjame en paz

Empezó a caminar, antes que se alejara del todo le grité:

—¡Te hace falta amor!

Se giró un poco, me enseñó el dedo medio y respondió:

—¡Jodete! ¡Tú ni siquiera te atreves a hablarle a Ana!

Terminó de irse y yo también me fui a mi casa, porque yo no tenía más clases.

Como a las cinco fui a patinar un rato. ¡Mi vida era tan simple! Tenía dos amigos que iban al mismo lugar a patinar, talvez eran más conocidos que amigos.
Antonio y Maricela eran pareja, eran los vagos perfectos, ambos habían cumplido veinte recientemente. Maricela y yo habíamos compartido un par de besos, todo a escondidas de su novio.

—¡Al fin llegas!

Ese fue Antonio, antes de irse a patinar a la rampa.
Maricela se acercó a mí, ambas nos sentamos en nuestras patinetas.

—¿Qué está pasando? Últimamente no vienes, si vienes llegas tarde y a veces ni pátinas ¿todo bien?

—No sé. Me gusta alguien y no tengo el valor de acercarme siquiera

—¿Tú? ¿Tú no puedes acercarte a una chica?!

—Sé que es increíble, pero... No me animo

—Sólo tienes que ser tú. Si eres capaz de besarte con chicas con novio entonces eres capaz de invitar a chicas solteras...

Giré un momento la cabeza para asegurarme que Antonio estaba lejos. Ella reaccionó en ese momento.

—Está soltera ¿verdad?

Yo también lo medité, no lo sabía.

—Ni la menor idea

—Igual puedes hacerlo, luego me cuentas

¿Dónde estaba mi valor? Realmente no sabía cómo lo había perdido por alguien que era formal. Pero, primero, no sabía si era soltera; segundo, ni siquiera sabía si le gustaban las mujeres.

Seguí viendo a Lourdes e Irene juntarse con Ana, almorzando juntas en alguna mesa del campus, y yo sólo veía de lejos. ¿El tiempo se me iría pasando  así? Viendo cómo ellas reían, viendo cómo Ana reía ¿El tiempo se me iría viendo su sonrisa que no me pertenecía? Igual por el momento no podía hacer mucho, tenía proyectos que terminar y entregar, otra vez lo iba a posponer.

A finales de octubre nuevamente me encontré a Irene, desanimada.

—¿Qué sucedió?

—Invité a Lourdes a dar un paseo y nuevamente se negó

—¿Te dije que estaba loca?

—Sí

—Bien, no lo está, es más que eso ¿cómo se niega a salir contigo? ¿Quién se niega a salir contigo?

—Ya debería darme por vencida

La abracé y me quedé pensando.

—¡Ya sé! Hay algo que puedes hacer

—¿Qué cosa?

Preguntó con desgana.

—Comentaselo a Ana, seguro su hermana le da un empujón

—No sé, tampoco quiero que Lourdes se sienta presionada

—Pero, Ana al ser su hermana puede persuadirla, porque yo ni siquiera pude sacarle el nombre de la persona que le gusta

—¿Le gusta alguien?

—Sí, y al parecer es una chica

—¿Y si no soy yo?

—¿Y si sí eres tú? Sólo haz lo que te digo, te aseguro que eso ayudará

—Bueno, pero ahora no. Y lo haré sólo si tú invitas a Ana

—Está bien, sólo porque quiero que por fin estés con Lou

—¡Ay, por favor! No es sólo por mí

—No lo arruines

Entre cerré los ojos.

Salazar ¿Slytherin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora