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Irene

Habían pasado tres semanas de la primera cita que había tenido con Lou. Habíamos estado viéndonos a solas después de entonces. Sin Ana y sin Claudia; y había conocido a una Lourdes más relajada, sin insultos y tampoco a la defensiva. Atenta como siempre y más sonriente.

—Hola, guapa

Me saludó al encontrarnos ese sábado.

—Hola, guapa

Le devolví el saludo. Ella sonrió y yo sentí que el mundo, mi mundo, se iluminó. Lourdes rió suavemente, era una risa diferente a las de siempre. Tomó mi brazo y me hizo ir con ella. Subimos a un autobús, no sabía a dónde me llevaba, pero no importaba. No habló nada, se limitó a mirar por la ventana.

Cuando nos bajamos todavía caminamos un poco, en el trayecto no soltó mi mano, yo sólo podía sonreír como boba.
Era un mirador, toda la ciudad se reía desde allí y la brisa fresca era mejor.

—En la noche se debe ver mucho más genial

Comenté.

—Seguramente

—¿Qué quieres hacer después?

Lou me miró, como si tuviera muchas ideas y no se decidiera por ninguna. Desvió la mirada al paisaje y respondió.

—Cualquier cosa, mientras sea contigo

¿Sonreí? ¡Por supuesto que sí!

—Lou...

Me miró.

—...me gustas mucho

—Tú me gustas a mí

Dijo sonriendo y acariciando mi mano que aún sostenía la suya.

—¿Aceptas ser mi novia?

Pregunté muy nerviosa y con miedo a que me rechazara. Su silencio, que apenas duró unos segundos, me parecieron eternos.

—Sí

—¿Sí?

Asintió con la cabeza, sonriendo. La abracé.

—Te prometo que...

—No, Irene, no me prometas nada. Sólo deja que tome su propio curso y todo fluya solo

—Está bien

Nos miramos un momento y ella me dijo divertida:

—Ya puedes besarme

Reí entre dientes un poco apenada, pero todo sonido, pensamiento y pena se esfumaron cuando sus labios chocaron suavemente con los míos.

—Te ves hermosa sonrojada

Su dedo pulgar acarició mi mejilla, sus ojos miraron los míos después de ver sus mano rozando mi piel.

—Tú también lo estás

—Shhh... No digas nada

Me reí. Lourdes siempre sería Lourdes. Cuando nuestras amigas se enteraron nos  felicitaron, Claudia se puso muy feliz por mí y Ana... Bueno, ella me dijo amablemente que cuidara y quisiera a Lourdes... Si no quería ser amordazada y torturada. No me daba miedo. ¡Qué chica tan amable!

Nosotros disfrutábamos de nuestro noviazgo. Pero Claudia parecía no tener la misma suerte. Ana y ella salían mucho, cualquiera creería que ya eran pareja, pero Ana se resistía, según mi novia sólo se tomaba su tiempo.
¿Pero hacer esperar a Clau? Ni siquiera le decía que sí quería algo con ella. A Claudia debía gustarle mucho para ser paciente, incluso sabía del incidente que había tenido con el beso.

Era la primera vez que veía a Claudia así, sólo esperaba que todo resultara favorable para ella.

Habíamos quedado en la casa de Lou para ver una película. Las cuatro nos encontrábamos allí. En una semana era el cumpleaños de mi novia, íbamos a tener dos meses de ser pareja también.
Ana y Claudia habían salido un momento a la banca del patio para hablar de no sé qué y yo me había quedado con Lourdes en la sala.

—Ya tardaron mucho

Dijo ella.

—Talvez Claudia se esté declarando

Me miró.

—No lo sé

—¿Quieres asegurarte de que Ana no esté matando a Clau por sus estupideces?

—En ese caso mejor vamos a ayudar a Ana

Rodé los ojos y sonreí. Fuimos al pasillo que llevaba al patio.

—¿Y si están besuqueandose?

Pregunté rezando porque no fuera así.

—Entonces...

—En lugar de verlas a ellas besándose mejor sentir tus labios besándome

Le guiñé un ojo. Estábamos casi en la puerta. Ella me sonrió seductoramente, terminé besándola allí mismo, sin miedo de estar en su casa.

Un momento después Ana pasó velozmente por nuestro lado, me llamó mucho la atención.

—Iré a hablar con ella

Anunció mi novia, su voz sonaba un poco cansada, como si supiera de antemano lo que sucedía. Por mi parte fui con Claudia y me senté a su lado. No dije nada, esperaba a que hablara, si ella lo deseaba.

—Creo que ella no me quiere, sutilmente me rechaza. Te envidio porque Lou...

Realmente se veía triste.

—Todos son diferentes. Pero tampoco puedes seguir así, tienes que hablar con ella y pedirle que te explique lo que pasa, si tiene miedo, si hay alguien más

—Creo que sí será lo mejor

—Te gusta mucho ¿no es así?

—Estoy enamorada

Había un color rosa en sus ojos, sólo esperaba que no llorara, no antes de tiempo.

—Lou ha ido tras ella, para hablar

—Creí que iba al baño

—No lo sé, igual hablará con ella... Y si no te dice nada, entonces robale un beso, seguro ahí sí que te dice cosas

Por fin rió un poco.

—No es mala idea

—Claro que no, es mi idea, es brillante

—¡Qué egocéntrica!

No dijimos más, las chicas aparecieron, Ana caminaba a nosotras, Lourdes se había quedado en la puerta, la ví seria. Ana se acercó y besó a Claudia, me sorprendí, mi amiga también lucía sorprendida. Y Lou, ella se acercó lentamente. Entonces supe que algo pasaba, pero no sabía qué, podía preguntarle a Lou después, por el momento sólo era feliz por mi amiga.

Hasta la próxima semana.
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Salazar ¿Slytherin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora