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Claudia

Cuando Stephan y Lion volvieron a su país las cosas volvieron a la calma, era un poco extraño, nunca había notado el alboroto que Stephan causaba, talvez no tanto en un mal sentido.

Otra vez almorzaba con Ana en su trabajo, hablábamos de muchas cosas, reíamos. Nuestro mal momento parecía haber terminado.
Pasaban las semanas y todo bien.

Un fin de semana estaba en su casa, veíamos una película de esas que le gustaban, la tenía abrazada a mí y su teléfono comenzó a sonar, creí que era su jefe... Pero no.

-¡Milo! ¿Dónde te metes?... ¿En serio?... Creo que es genial... Sí, aquí conmigo... No, no hay problema... Bueno... Hasta pronto

Terminó la llamada y se sentó de nuevo, se veía incómoda.

-¿Qué pasa?

Pregunté preocupada.

-Nada, es que me preocupa que te moleste que hable con ella

-Eso depende de qué es lo que hablen

-No hablamos mucho porque no quería interrumpir mi tiempo contigo. Me contó que se mudó a vivir sola

-Bien por ella. Y hace buena elección de no interrumpir nuestro sagrado tiempo

-¿Estás molesta?

La miré seria, se veía preocupada, no aguanté mucho, rápido me reí.

-No es cierto, Stephan también es mi amiga, la ingrata no me llama a mí

Bufé por eso, a penas hablábamos de vez en cuando.

-No llores, amor

-¡No estoy llorando!

Fingí secarme unas lágrimas.

-Si lloraras así para que yo te llame creería que te gusto

-Es que los fotógrafos me gustan más

-Puedo hacerte una sesión de fotos

Dejé de jugar que me secaba las lágrimas y la miré con supuesto interés.

-Ya me gustas

Sonrió malvada y dijo:

-Una sesión de desnudos

-A mí abogada novia no le gustará tu insinuación y te demandará

Nos reímos un poco y después nos besamos mucho.

Un año después

Con trabajo, esfuerzo, ahorros y algo de ayuda de nuestros padres compramos una casa pequeña, Ana se negaba a un apartamento, lo propio era mejor, decía, y no se lo discutía.
Seis meses atrás Lourdes e Irene se mudaron juntas, para convivir y esas cosas, sólo que ellas sí alquilaban un apartamento. Estaban funcionando, eso era bueno ¿nosotros funcionaríamos también?
Claro que sí, era frustrante a veces, pero más que todo era divertido, genial y nos teníamos siempre, en las buenas y en las malas.

Después de sobrevivir a estar bajo el mismo techo me planteaba muchas cosas.

-Tenía el teléfono en la bolsa trasera del pantalón ¡y lo buscó por todas partes! Te juró que me reí mucho ese día

-¿No le dijiste que lo tenía ella?

-Claro que sí... Diez minutos después

-Eres mala, Irene

Se encogió de hombros y bebió de su cerveza. Nos habíamos reunido sólo nosotras dos, hacía como un mes que no lo hacíamos.

-Sabes... Creo que voy a pedirle matrimonio a Lourdes

-¿En serio? Pensaba hacer lo mismo que tú

-A Ana no le va a gustar saberlo

-¿Porqué no?

-¿Crees que la hará feliz que le pidas matrimonio a su mejor amiga? Yo también me enojo, no se me nota por el alcohol

-¡Qué graciosa!

-¿Ya compraste el anillo?

Lo saqué de mi pantalón y se lo mostré.

-Está hermoso... Oye... Podrías... ¿Podrías acompañarme a comprar uno?

-¿Cuándo?

Hizo un gesto gracioso.

-Ahorita

Me reí. Pagamos nuestras bebidas y nos fuimos un poco mareadas, caminamos un rato hasta llegar al centro comercial, fuimos a una de las joyerías, una chica se acercó para saber en qué podía ayudarnos, cuando le dijimos hizo una mueca, seguro nuestro aliento alcoholizado le sorprendió, nos vio con desconfianza, talvez por nuestro limpio vestuario y apariencia desechó la idea de que éramos vándalos. Vimos varias sortijas y de diferente estilo, hasta que uno le gustó.

-Prestame tu mano

-¿Qué?

-Quiero probártelo antes de comprarlo

-¿Son pareja?

Preguntó la chica, era talvez un poco mayor que nosotros.

-Se ven bien juntas

Nosotros no pudimos evitar reírnos. Irene me puso el anillo y le respondió mientras tanto.

-No es mi novia

La chica se disculpó de inmediato. Irene compró el anillo y nos fuimos. Ya quería saber cómo le había ido. Yo seguía pensando cómo se lo pediría a Ana, mejor cuando el alcohol saliera de mí y pudiera pensar mejor, por el momento sólo ideas tontas tenía, muy tontas.

Salazar ¿Slytherin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora