8.

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Julieta.

Mi estómago se revuelve. Tomás acaricia mi espalda y yo por fin puedo apartarlo de mi cuerpo. Odio que me toquen, no me canso de decírselo pero parece no entenderlo.

Él me regala una sonrisa y deja un beso sobre mi frente. Me quedo quieta, estupefacta mientras lo veo perderse entre la multitud.

— Es la primera vez en todos los años que trabajo acá, que te veo abrazar a alguien. — me doy la vuelta al escuchar la voz de mi profesora de literatura, quien apaga su cigarrillo y fija sus ojos en mí — ¿Es tu novio?

— No, Dios, que asco. — niego con mi cabeza rápidamente y ella suelta una pequeña risa — Él quiere ser mi amigo y yo, no me quejo.

— Te va a terminar gustando, te esforzas mucho en negarlo. — dice, mi ceño se frunce, no sabe de lo que habla, pero no voy a llevarle la contraria a una profesora — Disfruta tus últimos tres meses, viví, guarda recuerdos antes de irte.

No sé que es lo que tiene Miriam, pero siempre sus palabras quedan resonando en mi cabeza. Una vez más, ella lleva la razón, en teoría me quedan tres meses en Neuquén — sí es que decido irme — Así que, no tiene nada de malo que guarde en mi memoria a la única persona que quiso ser mi amigo antes de empezar mi nueva vida muy lejos de esta provincia, la cual odio.

Vuelvo a entrar al colegio y veo a mi rubio amigo observando desde lejos a su amada. Una sonrisa se forma en mi rostro y niego con mi cabeza. Sigo caminando y un cuerpo impacta contra el mío. Levanto la cabeza y trago saliva al encontrarme con Nicole frente a mí.

— ¿Vos no te fijas por dónde vas?

— Vos me chocaste, primero. — opto por responderle de mala gana, no me apetece que todos los alumnos de esta institución me sigan pisando la cabeza — ¿Tanto me vas a mirar, te debo algo?

— Sos la primer persona que no baja la cabeza cuando le hablo. — dice, muestra todos sus dientes y estira su mano, dudo en agarrarla pero termino haciéndolo — No sé porque nunca hablamos, hace dos años que vamos al mismo curso.

— Porque vos sos la chica más popular del colegio y yo la invisible que le hace la tarea a los demás. — digo, en un tono obvio, ella suelta una pequeña risa, bajo mi vista hacia su mano la cual sostiene la carta que supongo ya debe haber leído — ¿Te vas a copiar en un examen? — pregunto, como si no supiera que es la carta que yo escribí.

— No, por arte de magia me apareció una carta en mi mochila y estoy intentando descubrir quién me la mandó.

— Un poco imposible, somos más de doscientas personas acá dentro. — ella asiente con su cabeza y deja de mirar hacía todos lados tratando de encontrar al escritor, sin saber que la tiene enfrente — Debe ser una linda carta como para que intentes buscar a quien te la dejó.

— Es lo más lindo que leí y sigo sin creer que alguien me haya escrito todo esto. — levanta el papel y señala todo lo que hay en él, sonrio por lo bajo al saber que le gusto, ya son dos personas que aprecian el arte que intento hacer — Dejo un Instagram, quiero responderle pero, no sé escribir tan bien como él.

— Podes decirle que leíste su carta y que te gusto. — levanto mis hombros, ella vuelve a fijar su vista en mí y niega con su cabeza — Capaz, se pueden conocer.

— Estoy de novia con Ivo.

— Y no se te ve muy emocionada por eso. — ella baja su cabeza, dobla el papel con delicadeza y lo guarda en su bolsillo — Además, no vas a hacer nada malo, simplemente le vas a contestar a alguien que se tomo el tiempo de escribirte una carta; Eso no pasa todos los días.

— Tenes razón, Julieta. — dice cuando vuelve a mirarme y me sorprendo un poco, la chica más popular del colegio sabe mi nombre — ¿Vos sabes escribir, no?

— No.

— No mientas, me acuerdo que leíste varios trabajos que hiciste para literatura. — apreto mis ojos y maldigo su buena memoria, al abrirlos me encuentro con la rubia sonriendo — ¿Me podes ayudar a escribir un mensaje para este admirador secreto?

— Mira, si estás acostumbrada a que la gente te haga favores por ser la chica más linda del colegio, olvídate, yo no soy uno de tus súbditos.

Respondo un poco a la defensiva y sigo caminando hacía el salón, al cual estoy llegando tarde.

Me tiran del brazo y suelto un suspiro al darme vuelta y encontrarme con Nicole, otra vez.

— Gracias por lo de linda, primero. — me agradece, sonríe una vez más y yo ruedo mis ojos — No quiero que me hagas un favor, te prometo que te voy a pagar.

— ¿Me vas a pagar por ayudarte a escribir un mensaje?

— Obvio, de verdad quiero encontrar a este chico. — dice, un tanto emocionada, junta sus manos pidiéndome por favor y encojo mis hombros — ¿Qué decís, te sumergis en esta aventura conmigo?

— Deja de ver películas de Disney, el príncipe azul no existe.

— Ya lo sé, estoy con alguien que al principio me regalaba flores y ahora decepciones. — dice, desvia su mirada y suelta un suspiro, me siento triste por ella, en público y por las redes, demuestra tener una relación perfecta, pero ahora sé que es otra máscara, una película que solo ven los demás — ¿Me vas a ayudar? Un solo mensaje, por favor.

Tomo aire. Levanto un poco mi cabeza y a lo lejos veo a Tomás, observa la escena intrigado; No entiende porque estoy hablando con Nicole. Yo no sé lo que es el amor, decido no creer en el por miedo a que me rompan el corazón pero, mi amigo está muy convencido de que lo que siente por la rubia es amor y por el simple hecho de que yo no me atreva a amar, no voy a impedir que dos personas lo hagan. No todos tienen la suerte de encontrar a su alma gemela y tal vez, ellos son el uno para el otro.

— Está bien. — me rindo, ella devuelve su mirada a mí y muestra todos sus dientes — Te voy ayudar.

— ¿De verdad?

— Un solo mensaje y nada más.

Una carta para Nicole | cro y cazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora