Julieta.
Tomo aire. Sé que llegó el momento de decirle a mi papá que me voy pero ¿Cómo puedo enfrentarme a él? También sé que debí habérselo dicho mucho tiempo antes pero, no pude. Siento que ahora tampoco puedo.
Abro mis ojos, apretan mi mano. Una media sonrisa se forma en mi rostro al saber que Tomás está sujetandome.
— ¿Segura que no querés que te acompañe?
— Necesito hacer esto sola. — Tomás asiente con su cabeza, deja un beso sobre mi frente para acto seguido besar mis labios — ¿Vas a ir a hablar con Nicole? Por favor, a mí no me quiere ver.
— Solo porque me lo pedís vos.
Muerdo mi labio ante su comentario; Vuelve a dejar un beso sobre estos y lo veo irse caminando.
Una vez más inhalo y exhalo aire. Abro la puerta de mi casa y al ver a mi papá sentado en el sofá, siento que mi corazón se rompe. Él me está esperando para felicitarme por haber terminado la secundaria sin esperarse el hecho de que cuando terminé el verano lo voy a dejar; Porque, si bien mi vuelo estaba programado para dentro de una semana, elegí cambiar la fecha para unos días antes de que empiecen las clases allá en España y el porqué es Tomás.
Quiero darme la oportunidad de amar y no me basta con tenerlo solo una semana como quedamos. Aunque él todavía no lo sepa. Me voy a quedar tres meses, solo por él.
— ¡Hija! — apreto mis ojos cuando mi papá exclama, está emocionado de que su única hija acaba de terminar el secundario — Te estaba esperando, te hice tu comida favorita.
— Papá, tengo que hablar con vos.
— ¿Qué pasó? — pregunta, su expresión cambia a una de preocupación, por décima vez tomo aire, intento encontrar en el algún tipo de valor para poder decirle a mi papá que me voy pero, no lo encuentro — No me asustes, Julieta.
— Me ofrecieron una beca para irme a estudiar a España.
Suelto, de golpe. Mi papá suelta una pequeña risa, primero piensa que estoy bromeando y después se da cuenta que estoy hablando en serio. Deja caer su cuerpo en el sillón e intenta analizar la situación. Trago saliva al ver como se queda mirando un punto fijo, como si todo a su alrededor hubiese dejado de existir.
— Me voy cuando termine el verano.
Tomás.
Inhalo y exhalo un par de veces antes de tocar el timbre de la casa de Nicole. Después de unos segundos, la rubia abre la puerta. Se sorprende al verme y aunque quiere sonreír, cruza sus brazos. Lamento haberla lastimado.
— ¿Qué haces acá?
— Nos bloqueaste en todas las redes sociales a Julieta y a mí; No me quedo otra que venir.
— ¿Qué esperabas, qué te siga mandando mensajes?
— Déjame explicarte cómo fueron las cosas. Cinco minutos, nada más.
Ella asiente con su cabeza y se hace a un costado para dejarme pasar. Observo su casa y abro mis ojos con cada detalle. Julieta me había contado que la vida de Nicole era completamente distinta a la nuestra. Ella siempre tenía un plato arriba de la mesa y quien se lo sirva. Nosotros, en cambio, Estábamos y estamos solos.
— El reloj empezó a correr, tenes cinco minutos.
— Julieta me gusta desde hace dos años. Nunca me animé a hablarle porque, ella es inteligente y yo soy un simple repetidor que le cuesta escribir correctamente.
— ¿La carta que me escribiste en realidad era para ella?
— No. Yo nunca escribí esa carta. Julieta lo hizo.
Nicole abre sus ojos. Está completamente decepcionada. Ella se sienta en su cama y opto por sentarme a su lado, aunque se aleja al tenerme cerca.
— Para poder acercarme a ella le pedí que escriba una carta para vos. Tuve que inventar que me gustabas y por un momento intenté creérmelo; Pero no pude.
— ¿Por qué yo?
— Porque todo el colegio gusta de vos. Nunca quise lastimarte. Es más, hasta pensé en decirte la verdad pero tenía miedo de que le cuentes a Julieta.
— Yo sé que ella no tiene la culpa de nada pero, me duele que la elijas a ella antes que a mí.
— Nicole, sos una piba hermosa. No te va a costar conseguir a alguien que te ame.
— Yo quería que me ames vos, Tomás.
Trago saliva al escuchar lo último. Nicole entrelaza su mano con la mía y bajo la mirada a nuestras manos. Cierro los ojos al sentir como me toma del mentón y en cuestión de segundos, impacta sus labios contra los míos.
— Nicole, no. — intento hablar sobre sus labios, la alejo lentamente de mi y fijo mis ojos en ella — Yo quiero a Julieta, no puedo hacerle esto.
— Ella se va en una semana, Tomás. Y, yo sin embargo me voy a quedar acá; Esperándote.
— No quiero que me esperes. Yo la voy a esperar a ella.
— Al menos déjame despedirme de vos, como se debe.
Me pide, vuelve a capturar mis labios y cierro los ojos al sentir sus manos viajar por mi camisa intentando desabrocharla.
Julieta, se va en una semana.
Quiero irme pero, su mano se introduce dentro de mi pantalón y tiró mi cabeza hacía atrás al sentir su tacto. Por más que elija a Julieta, no puedo cambiar. Ella tiene razon; Soy un mujeriego. Todos estos meses me imaginaba tener a la morocha a mi lado y eso nunca pasaba. Tampoco creo que pase.
Ella se va a ir y Nicole se va a quedar, esa es la realidad.
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Una carta para Nicole | cro y cazzu
General Fictiondonde Tomás le pide a Julieta que escriba cartas para la chica que le gusta.