25.

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Julieta.

Miro a mi alrededor, todo está oscuro; Aunque gracias a la linterna de mi celular puedo ver la cara de Tomás. Su expresión me muestra que está confundido después de mi petición. Como él no se atreve a avanzar, decido tomar el impulso yo.

Coloco mis manos en su cuello y lo atraigo hacía mí. Beso sus labios y me olvido de que en pocos meses me voy a ir.

— ¿Estás segura qué querés tener tu primera vez en un parque de diversiones abandonado?

Pregunta entre besos. Yo solo asiento con mi cabeza. Mis manos viajan a su remera y en cuestión de segundos puedo ver a un Tomás en cuero. Muerdo mi labio al ver su torso desnudo y llena de nervios accedo a que él me saque la blusa que llevaba puesta.

Deja un beso corto sobre mis labios y se separa lentamente de mí. Me observa de arriba a abajo haciendo que tape mi cuerpo con mis ambos brazos pero automáticamente agarra mis manos para seguir apreciando mi ropa interior.

— ¿Me vas a hacer tuya o preferís seguir mirándome?

Pregunto, él suelta una pequeña risa y vuelve a poseer mis labios. Me recuesta suavemente sobre el césped sintético y después de ayudarlo a desabrocharse el pantalón de jean; Se deshace de mi pollera.

Una vez más trago saliva cuando sus manos se deslizan por mi cuerpo terminando de desnudarme. 

Tiro mi cabeza hacía atrás cuando siento su lengua pasar por mi zona a la vez que sus manos acarician mis pechos. Me estremezco lentamente y poco a poco los nervios desaparecen, me dejo llevar completamente.

Agarro fuertemente el pelo de Tomás obligando a que este fije sus ojos en mí. Me regala una sonrisa y sube dejando besos por todo mi cuerpo.

— ¿Estás segura?

Noto su miedo al preguntarme aquello. Me muestra un preservativo y asiento con mi cabeza. Veo como abre el paquete y se lo coloca rápidamente en su miembro, el cual acto seguido posiciona en mi entrada.

— ¿Completamente segura?

— Tomás; Estoy muy segura ¿Sabes por qué? Porque te amo.

Muestra todos sus dientes y sus labios capturan nuevamente los míos. Siento como se introduce lentamente dentro de mí. Apreto mis ojos. Grito, de dolor. Sus dedos se deslizan por mis mejillas haciendo que me tranquilice.

En mi estómago revolotean las mariposas que él mismo creó. Empieza a moverse y no me deja de besar. Mis uñas se clavan en su espalda y mi boca no para de soltar gemidos.

Coloco mi mano en su pecho y lo empujo hacía atrás provocando que caiga sobre el césped. Él levanta su ceja y me acomodo sobre sus piernas. Sus manos sostienen mi espalda. Tomo su miembro y lo vuelvo a introducir en mi.

— ¿La primera vez y ya me querés dominar vos?

Bromea. Suelto una carcajada y como si supiera lo que tengo que hacer me muevo sobre él. Las manos de Tomás bajan a mis caderas y empieza a moverme a su antojo. El dolor que sentía al principio se transforma en placer. Los nervios terminan de desaparecer y yo confirmo lo cuán enamorada estoy de Tomás.

Abro mis ojos y lo encuentro mirándome. No deja de sonreirme y se abraza a mi cuerpo. Lo único que se escucha son nuestras respiraciones agitadas. Lo tomo de la nuca e impactó sus labios contra los míos.

— Gracias; Por hacer que sea el primero.

Dice sobre mi oído y hace que mi piel se erice por completo. Él llega a su orgasmo y me acuesto sobre su torso. Delineo con mis dedos uno de los murciélagos que tiene tatuados. Cierro mis ojos al escuchar como su corazón late al igual que el mío: súper rápido.

Tomás deja un beso sobre mi cabeza y vuelve a acariciar mi espalda. Yo, sigo sin creer que acabo de tener mi primera vez con Campos. El repetidor de curso que tiene fama de mujeriego. Aunque; Yo logré descubrir lo que se esconde detrás de ese personaje que él inventó. O eso creo. Solo sé que fue la primer persona que consiguió cautivar mi ser por completo. No sé como hizo, pero me hipnotizo.

— Gracias; Ahora sé lo que es el amor.

Me sincero ante él. Encontré sentimientos que nunca pensé que podría tener. Nunca quise creer en el amor. Me convencí de que este solo existía en las películas pero, es real. Tomás hizo que descubra lo que es amar y hoy; Lo amo a él.

— Tomás, no me voy a ir en una semana.

— ¿Qué?

— Cambié mi boleto de avión; Decidí quedarme todo el verano. Por vos.

Una carta para Nicole | cro y cazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora