POV Rei:
Me encontraba en el palacio de Marte, en mi habitación, sola como siempre.
Practicaba mis habilidades espirituales, mi fuego y mi concentración.
-Princesa, su padre desea verla-me informó alguien desde afuera de mi habitación y escuché sus pasos alejarse.
Me dirigí a la sala del trono que era el lugar en el que debía estar mi padre y, en efecto, ahí estaba.
-¿Me mandaste a llamar, padre?-pregunté.
-Sí, hija-me vio-Debes salir al reino y encontrar al candidato que vas a presentar a la Reina Serenity-
-Claro, padre-no me gustaba la idea, pero debía hacerlo.
Iba disfrazada para no llamar la atención, no me gustaba. Evaluaba a todos los hombres o chicos con los que me cruzaba, pero en ninguno veía el potencial que necesitaba.
Vagué sin ver nada interesante y me detuve a descansar en un parque de fuego, vi a los niños jugar y, de la nada, un chico llamó mi atención...era rubio, de ojos celestes y estaba acompañado de una niña quien lloraba, me acerqué sigilosa para ver qué pasaba.
-Pequeña, seguro tu madre ya te está buscando-su voz era grave, pero muy dulce y tranquila.
-Es...que...-la niña lloraba, seguro se había perdido.
-Ya sé, ¿y si jugamos?-le propuso el chico-Juguemos a hacer remolinos en el fuego-le explicó creando uno pequeño en la palma de su mano, eso sorprendió a la niña y a mí.
-Wow, no sabía que se podía hacer eso-dijo la niña.
-Es una de mis habilidades-el chico le guiñó el ojo y se pusieron a jugar hasta que una señora se acercó a ellos y la niña corrió a su encuentro.
-Princesa, es hora de volver a casa-uno de mis cuervos se paró en mi hombro, Fobos, y asentí.
Regresé a casa pensando en ese chico, tal vez, él tenía lo que se necesitaba para ser candidato.
Tres días después volví a ese parque y vi al chico leyendo un libro en una banca.
Deimos voló hasta él, pero una pelota lo derribó, me paré en seguida y el chico también, él llegó antes que yo a Deimos y lo revisó.
-Deimos-dije y el chico me vio con su mirada celeste.
-¿Es tuyo?-me preguntó.
-Sí, es mío-confirmé.
-Sólo fue el golpe, no hay nada de lo que haya qué preocuparse-me dijo y me sentí aliviada-Sólo un poco...de fuego...-creó una llama y la introdujo en Deimos-y ya-Deimos volvió a alzar el vuelo.
-Muchas gracias-le dije viendo a Deimos volar con Fobos.
-Me gustan los animales-se encogió de hombros.
-¿Puedes crear fuego de la nada, verdad?-le pregunté.
-Sí, soy uno de los muy pocos que pueden hacerlo-me respondió.
-¿Cuál es tu nombre?-
-Jedite-estaba confundido.
-¿Cuántos años tienes?-
-16 años-vaya, era mayor que yo-¿A qué viene esto?-se puso a la defensiva.
-¿Nunca has pensado unirte a alguna guardia?-
-No, la guardia de aquí no me gusta...dicen ser buenos como la Princesa, pero sólo son unos egoístas, hipócritas-eso me sorprendió.
-¿Incluida la Princesa?-
-No, ella es buena, a pesar de que nunca sale de casa, todos sabemos que ella no es como la guardia-
-¿Y no te gustaría ser parte de la guardia del Príncipe de la Tierra?-me vio sorprendido.
-¿Qué?-
-Tus habilidades son extrañas y me parece que serías un magnífico miembro en la nueva guardia del príncipe-le dije-Si aceptas, preséntate mañana en el palacio a primera hora-y me retiré.
Al día siguiente, él asistió puntual.
-Eres...quiero decir...-dijo al verme.
-Tranquilízate-le dije y subí al carro, él subió también y nos dirigimos al reino lunar.
-Su majestad, Princesa-saludé con una reverencia y Jedite me imitó-Le presento a Jedite, mi candidato para la guardia del Príncipe-lo señalé.
-Un gusto-Jedite volvió a dar una reverencia.
-Debería acostumbrarme a esto, ¿verdad?-cuestionó la reina a Serenity quien rió asintiendo.
-¿Su majestad?-pregunté confundida.
-Nada, Mars, tranquila-me respondió la Princesa y asentí.
Jedite fue aceptado y comenzó su entrenamiento al siguiente día.
Sólo Deimos y Fobos lo visitaban de vez en cuando. Cuando se graduó junto a los otros generales, me presenté y ahí comenzó lo nuestro.
Recordar me llenaba de dolor, mi relación con él había sido hermosa a pesar de ser a escondidas, a pesar de ser un amor clandestino.
Suspiré y negué, no debía pensar en eso...recordar no me ayudaba en nada y no podía perderme en esos recuerdos cuando la guerra se aproximaba.
-¿Por qué siento que tu preocupación no tiene nada qué ver con la batalla?-me sobresalté al escucharla, ella rió por mi reacción.
-Karmesite-me quejé.
-Ay, linda, créeme que no te asustaste por mí sino por tus pensamientos-me sonrojé al saber que era verdad-¿Es por uno de ellos, verdad?-
-No me sirve de nada recordar-volví a negar y miré al cielo.
-Deberías hablar en lugar de sólo recordar...tal vez, lo mejor sea no huir más-me aconsejó.
-Tal vez...-dejé que las palabras flotaran en el aire.
-Te dejo-asentí y la vi entrar a la casa, luego volví a ver al cielo.
Bajé la mirada cuando sentí la presencia de alguien más y era él...estaba a unos pasos de mí observándome con esa mirada celeste.
-Jedite-pronuncié.
-Rei-dijo él a su vez.
Nos quedamos en silencio, el atardecer llegó...no hacían falta las palabras, tan sólo una mirada era suficiente para decirnos todo lo que sentíamos...siempre había sido así.
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El único enemigo de la Luna
RandomUna historia donde el futuro Tokio de Cristal se ve afectado y los hermanos Sakamaki involucrados. La mayoría de los personajes son propiedad de sus respectivos autores, una minoría son míos. Por favor: no plagio.