Tócala otra vez Flavio|| flamantha

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Padre

Iba a ser padre

Claramente ahora ya no, y no podía evitar sentir rabia, ira, la necesidad de vengarme por lo que le habían hecho a Samantha, por lo que le habían hecho a nuestro hijo, que raro sonaba, nuestro hijo.

Decidimos no llamar a ninguna ambulancia, ¿ Como íbamos a explicarle a Noemí que el asesino de la madre de Samantha quería vengarse de nosotros por intentar descubrir quién era y que en forma de venganza había matado al hijo mío y de Samantha que yo hacía una par de horas que me acababa de enterar de que había un hijo?

Simplemente la llevamos al edificio y le dijimos a Noemí al entrar que ella había decidido no beber y se había terminado durmiendo, que nos daba pena despertarla y yo decidí llevarla en brazos, pero eso no explicaba la sangre en su pantalón, la sangre de mí hijo. En estos momentos no podía pensar con claridad, estaba cegado por la rabia, por lo que le habían hecho a Samantha, por lo que me habían hecho a mi, en estos momentos solo quería coger a ese hijo de puta del cuello y apretar con todas mis fuerzas hasta ver como poco a poco se le escapaba la vida hasta el último suspiro, verlo y disfrutarlo, igual qué el disfrutaba cada muerte que provocaba.

Pasadas un par de horas Samantha iba recuperando el color, a ella no le había hecho nada, a lo mejor ella le interesaba mas viva que muerta, solo la había hecho abortar a traición. Yo no estaba enfadado con ella, al contrario, la entendía, la entendía por tener miedo de contármelo, yo también lo hubiera tenido, pero era responsabilidad de los dos, a lo mejor si le hubiera hecho mas caso y le hubiera insistido más en que me contara que le pasaba ahora el bebé estaría vivo, pero quién sabe.

Samantha descansaba en el sofá que habíamos cubierto con toallas para que no lo manchara con sangre, Anaju que era la que lo había vivido todo con ella nos contó como se enteró de que estaba embarazada, el porqué no nos lo había contado, y aunque todos estábamos un poco decepcionados porque no tuviera la confianza suficiente para contárnoslo lo entendimos, Hugo también nos contó lo que pasó en las habitaciones, como pudo coger el control de la electricidad por unos momentos y cortar las línea y encerrar a Samantha, aunque luego no lo volvió a hacer, a lo mejor había perdido ese poder. Y finalmente llegó el tema que tanto habíamos intentado evitar pero que tarde o temprano tenía que salir ¿ Quién se lo iba a explicar a Samantha? Yo. Me ofrecí voluntario, como su novio, y como padre de ese hijo que acababa de fallecer tenía la responsabilidad de contárselo, era lo mínimo que podía hacer después de todo lo que le había pasado, era el más indicado.

Poco a poco Samantha no tardó en recuperar la consciencia, y aunque estaba algo dolorida, confundida, mareada y un millón de cosas más se la veía bien. Cuando poco a poco hizo algunos movimientos en señal de que se estaba despertando yo le envié una mirada a los demás en señal de que nos dejaran solos, había llegado el momento, y así lo hicieron, se marcharon a la habitación, a esperar que esto pasara, y desear que no se lo tomara a mal, se que sólo hacía tres semanas que estaba embarazada, pero se le había escapado una vida, y ella no pudo hacer nada para impedirlo, se que esto iba a dolerle, y no se si podría aguantar tanto. Samantha había sufrido tanto en la vida, las agresiones de su padre, la muerte de su madre, el estar metida en todo esto de la investigación, y ahora la muerte de su hijo.

- Donde estoy? Flavio? Que es todo esto? Esto es sangre?- preguntaba ella confundida mientras se frotaba la cabeza con las manos

- Samantha, lo sé.- decidí no ir con rodeos, cuando antes lo dijera antes pasaría y antes lo superaría

- El que?- dijo algo confundida, sé que no intentaba disimular, realmente estaba desorientada- un segundo- su expresión se puse seria- sabes lo del be...- yo asentí y ella no se atrevió a terminar la palabra- Flavio te juro que iba a contártelo, y vamos a hablarlo, pero primero quiero saber que me ha pasado, porqué estoy aquí, porqué estoy así, ha sido el verdad? El asesino. Me ha atacado, pero estoy bien, no? No me duele nada, estoy confundida pero...- le puse el dedo índice en los labios en señal de que se callara, eran demasiadas preguntas a una misma vez, y ahora ella tendría que asimilar un montón de cosas al igual que había hecho yo.