Tal y como habíamos dicho nos pasamos la mañana de ayer buscando ofertas de casitas de campo por un montón de páginas web, anuncios, folletos que nos dieron la última vez que fuimos al centro comercial...Finalmente encontramos una pequeña casa de campo acogedora en un pueblecito de Córdoba, estaba algo apartada de la sociedad pero tampoco mucho. Hugo y Anaju decidieron alquilarla para dos semanas enteras, y como querían aprovecharla al máximo decidieron salir el día siguiente, o sea hoy. A parte de ayudarles a encontrar la cabaña perfecta también les ayudamos con las maletas y todo lo necesario para el viaje. Les dejamos ropa mas abrigada, ya que no había tiempo de ir al centro comercial a comprar ropa nueva y les dejamos llevarse cosas de casa necesarias como comida, y productos para la higiene, ya que yo y Samantha con tan solo bajar la calle ya teníamos el supermercado para poder comprar cualquier cosa.
Esa misma noche antes de irnos a dormir yo y Hugo tuvimos una charla, sobre ella, sobre Samantha. Iban a ser sus primeras Navidades sin su madre, y aunque ella lo iba a intentar disimular eso la estaba matando por dentro. Hugo me explicó que en Navidades habían muchas cosas que hacía junto a ella, eran inseparables, todos los años montaban el árbol juntas, compraban los regalos para toda la familia, incluso para su padre, preparaban la cena, decoraban la casa, grababan villancicos cantados por las dos y los ponían por toda la casa, en esa época del año se respiraba tanta alegría...que pena que durante todo lo que quedaba de año esa alegría se convertía en tristeza.
Hugo me pidió que la mantuviera ocupada, feliz, que hiciera cosas divertidas con ella, necesitaba una distracción para no pensar en su madre y yo era la distracción perfecta.
Yo me lo tomé al pie de la letra, no iba a dejarla sola, sería su sombra, se que tarde o temprano se pararía a pensar en todo lo que a pasado, desde la muerte de su madre hasta la casi muerte de Maialen el día de su cumpleaños, pero entonces, en ese momento, yo estaría allí con ella, para ella, para decirle que todo iba a estar bien y que pasara lo que pasara yo estaría ahí para apoyarla y animarla.- Pasáoslo bien, os vamos a echar mucho de menos.
- Bueno tampoco tanto
- Gilipollas
- Hugo no te enfades, te quiero hermanito, y Anaju cuídalo, el es capaz de estrellar el coche en la farola de la esquina.
- Lo se lo se- dijo entre pequeñas risas
- Oye!
- Por cierto os echaré de menos, os quiero mucho.
- Y yo a ti Anaju, no vas a decirles nada Flavio?- me dijó Samantha dandome un golpecito en el hombro
- La tele del cuarto de Hugo ahora es mía
- Será cabrón- me gritó Hugo
- Y que también os voy a echar de menos, pero solo un poco- respondí a regañina mientras me colocaba bien las gafas.
Después de una larga ronda de abrazos y besos, las típicas frases de despedida que se usan en las películas y lágrimas por parte de Samantha, con Hugo al volante por primera vez desde que se saco el carnet que yo no sabía que tenía y Anaju en el asiento del copiloto rezando por su vida se iban alejando por la carretera rumbo a Córdoba para no volver en las próximas dos semanas.
- Entramos?- le pregunté a Samantha rodeandola con mi brazo y acercándola hacia mi para más tarde estrujarle la cara y darle un beso en la mejilla.
Ella solo asintió y me dedicó una sonrisa
( 2 semanas más tarde)
Las vacaciones de Navidad fueron en crescendo, Samantha me animó a arreglar las cosas con mis padres, Anaju ya lo había hecho, ahora me tocaba a mí, Anaju les llamó antes de irse a Córdoba y arreglaron las cosas, yo y Samantha fuimos a visitarles unos días más tarde y pudimos hablar sobre lo que pasó, Samantha murió de vergüenza y yo morí con ella, pero ahora todo estaba bien.
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Tócala otra vez Flavio|| flamantha
Storie d'amoreDespués de una vida llena de mudanzas y una trágica historia de amor a los 13 años Flavio junto a su hermana Ana Julieta y sus padres se mudan a Valencia a un instituto de jóvenes talentos, lo que no saben es que en ese instituto a Flavio y Ana Juli...