XIV

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"And, with it done, what comes then?
When it's clear that everything will never be the same again"

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¿Por qué se sentía así?

Vacío.

Sucio.

Culpable.

Era bastante obvio por qué, pero no quería aceptarlo, quería pensar que era otra cosa. No quería aceptar que se había convertido en eso, sobretodo porque no quería mirar al pasado y entender que ese era él ahora.

¿Qué había hecho?

Había sedado a sus amigos, había vendido al Alfa y había vendido todo lo demás como esclavos. ¿A cambio de qué? ¿Tranquilidad? ¿Paz mental? No había pasado ni siquiera una noche y se estaba arrepintiendo de sus acciones, no solo las de ese día sino también las que había hecho desde los quince años, desde el día que se hundió en el lago de la cala y fingió que nada importaba. Era como si se hubiera caído un velo de sus ojos y viera, finalmente, el mundo que había creado, el mundo que había jurado deshacer y que ahora era lo que tenía.

Pensó en el día que Astrid había descubierto lo que había pasado, y se arrepintió de todo lo que había pasado desde ahí. ¿Había encontrado una nueva forma de paz? No, había huido de su aldea, había estado en lugares que no quería estar y había unido fuerzas con quienes no debía. Había hecho todo mal.

Pero había una última corazonada.

Estaba en el cielo. Chimuelo, pese a saber que su humano había hecho cosas terribles, no lo había dejado de lado. ¿A dónde iban? Ni idea, solo se alejaba de las tropas de Drago hacia cualquier lugar. ¿Qué haría ahora? ¿Llorar? ¿Buscar otro cristal y rezar para que no se rompiera? No, no quería hacer eso. No sabía que haría con su futuro si su pasado lo atormentaba y su presente estaba destruido. No sabía ni siquiera si merecía un futuro.

¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué se daba cuenta del mal que había hecho hasta que lo había hecho? ¿Por qué no pudo recapacitar? ¿Estaba deprimido? ¿Estaba enojado? ¿Estaba pensando siquiera? El viento en su cara se llevaba también las lágrimas.

Había traicionado a todos los que creyó amar, a todos los que confiaban en él y no tenía idea de por qué lo había hecho. ¿Tenían sus actos justificación? ¿Tenía algo que pudiera excusarlo de lo que había hecho? No, y no tenía una forma de remediarlo.

- ¿Por qué lo hice?- dijo el muchacho al dragón, que lo miró-¿Para detener la guerra? ¿Para no perder nada más?- entre lágrimas rió- si lo hice por eso, fue estúpido- El dragón se detuvo. El chico vió donde estaban-. ¿También me vas a reclamar? ¡Bien! ¡Me lo merezco!

Estaban frente al santuario. Y aunque le dolía pensar que si entraba lo único que iba a encontrar era sangre y dragones muertos, tenía la sensación de que tenía que hacerlo. De que había algo dentro del santuario que le llamaba y pedía que entrara a buscarlo. Y así lo hizo, sintiendo culpa en cada paso, sintiendo que no importaba lo que hiciera, que estaría mal.

En cuanto llegó al centro de ese gran bloque de hielo, la masacre de esa tarde llenó sus sentidos, comenzando por el aroma a sangre y cadáveres que llenaba el lugar.

Había vendido al Alfa después de todo.

Lo habían atacado y despedazado después de todo

Había sido su culpa después de todo.

Hipo tragó saliva y siguió caminando. ¿Qué buscaba? ¿Por qué? ¿Sus corazonadas le habían llevado a algún lugar bueno hasta ahora? Bueno, le habían permitido salvar a Chimuelo en el bosque, le habían permitido entrenarlo y le habían permitido hacer que Astrid confiara en él al inicio de todo esto.

𝘼𝙡𝙡𝙞𝙚𝙜𝙖𝙣𝙘𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora