▪8▪

929 150 17
                                    

Yuqi se encontraba llorando en el baño, hecha una bolita con su cara contra sus rodillas junto a una de las paredes del mismo.

Estaba sensible esos días, como siempre, por lo que no lo podía evitar.

Luego de unos minutos comenzó a calmarse; sabía que no podía seguir así.

Si realmente quería acercarse a Soyeon, tendría que volverse fuerte.

Llorar luego de cada burla o molestia que le hicieran personas a su alrededor solo empeoraría las cosas.

Siguió sentada procesando las cosas un poco más, después de todo por más convencida que estuviera, lo necesitaba.

Frotó sus llorosos ojos con ambos puños para deshacerse de las lágrimas restantes y aquellas que amenazaban con salir.

Buscó en el bolsillo de su pantalón para revisar su celular.

Chat de La Idiota

Shu

Esto que es raro

¿Que haces escribiendome a mitad de clase?

Vi que alguien escribió algo
sobre mi pupitre cuando
entré al aula y terminé saliendo corriendo y..

Estas llorando en
el baño, verdad?

.........

si

Ya voy allí, esperame
un minuto.

Esta bien

Shu?

¿Que?

Gracias

Awww

No te hagas la linda conmigo ahora


La china no pudo evitar soltar una leve risa ante el último mensaje de su amiga.

Shuhua realmente era su mejor amiga y más importante. Siempre la aguantaba y salvaba quedándose con ella a pesar de ser tan llorona y ella tan orgullosa y valiente.

Yuqi admiraba a la china menor, aunque muchas veces la consideraba incluso mayor que ella por lo madura que era en varios casos.

Entre tantos pensamientos, sin darse cuenta,  las acciones y las palabras de Shuhua desde el celular habían logrado lo que la pelinegra tenía en mente.

Yuqi estaba distraída pensando, y su llanto había quedado en el olvido de forma simple.

La pelinegra llegó a los baños luego de unos diez minutos.

Toma─soltó la taiwanesa antes de arrojarle una botella de gaseosa.

Se supone que le llevas una botella de agua para que se hidrate a alguien cuando llora, no una gaseosa─se quejó la de rulos.

Tu no necesitas hidratarte, necesitas energía para mover el trasero y salir de este mísero baño.

La pelinegra rió y le extendió la mano a la china que estaba sentada en el suelo.

No vayas a ser muy amable, cuidado que te puede hacer mal─dijo irónica la de rulos.

Vine para hacerte dejar de llorar y ya lo logré─sonrió soberbia la taiwanesa─No se de qué te me quejas.

Yuqi no podía negarlo, por más brusca o sincera que fuera la menor; siempre terminaba teniendo razón y consiguiendo lo que quería.

Not Even Close「SoqiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora