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Todos se encontraban atónitos dentro de aquel aula.

Si bien Soyeon era intocable y nadie se atrevía a hacer demasiado en su presencia o algo que tuviera que ver con ella directamente, la amiga de la tal dicha tampoco se quedaba demasiado atrás.

Y así entonces Yuqi se encontraba sentada en su respectivo banco, con Soojin sentada a su lado en el asiento de la presidenta.

¿Como se conocieron Soyeon y tú?─preguntó la china con estrellas en los ojos de lo curiosa que estaba por saber hasta lo más mínimo.

Era la mejor amiga de la persona con la que ella quería ser amiga...o tal vez algo más.

Deja de hacer tantas preguntas, me tienes cansada me preguntaste de todo durante todo el camino y el rato que estuve aquí─suspiró la rubia apoyándose sobre su codo con su mentón en su mano.

¡Porfavoor Soojin-unnie!─rogó la menor con descaro.

Soojin la fulminó con la mirada.

Y Yuqi sintió un escalofrío.

Soy mayor que tú, te lo recuerdo por última vez.

La china asintió rápidamente varias veces seguidas.

Y justo cuando la niñera se estaba por preguntar el paradero de su amiga, la misma hizo su aparición por el salón despidiéndose de un profesor con una reverencia en la puerta.

Pasó por los pasillos del salón directo hacia su pupitre donde se encontraban las otras dos muchachas.

Al fin llegas─dijo poniéndose de pie la rubia─¿Te fue bien?

Yuqi se dio cuenta de lo que estaba por pasar, y sintió el tiempo mismo congelarse.

No podía ser.

Los ruidos del aula se esfumaron, desaparecieron por arte de magia de su mente. Con su mente en blanco y tan solo pudiendo concentrarse en una sola cosa; fijo su mirada en el rostro de la presidenta.

Y lo vió.

Estaba por pasar, realmente iba a suceder.

Los ojos de la china no se despegaban de la boca de la pelinegra de pelo corto.

Los labios de la presidenta se abrieron, moviendo así su boca para responderle a la rubia.

Yuqi no lo podía creer, sus oídos se agudizaron al instante.

Pero por arte de magia Soyeon giró su rostro en un destello para encontrarse con los ojos de la china, quien se sorprendió de haber sido atrapada tan atenta a las acciones de la contraria.

Y por consiguiente, volvió a unir sus dos labios y cerró su boca.

Y en cambio, le asintió a la rubia.

Soojin la miraba con una sonrisa.

Me alegro─le dijo poniendo una mano sobre su hombro─Esta boba de aquí al lado está bien, tan solo se raspó la rodilla, nos vemos luego.

Y se despidió.

Yuqi la siguió con la mirada, aún en trance por lo que podía haber sucedido antes.

Y Soojin le guiñó un ojo con una sonrisa.

Entonces lo entendió.

La rubia no le había mentido, ella realmente era esa persona con la cual Soyeon hablaba y de forma natural.

Not Even Close「SoqiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora