▪16▪

862 148 74
                                    

Soyeon tomó asiento relajada y seria como siempre, ignorando por completo aquel evento que por poco había ocurrido.

Y miró de reojo a la menor.

Estaba en trance. Estaba en blanco, estaba en shock, estaba sin palabras.

Yuqi se moría por escuchar la voz de aquella chica.

Quería ser aún más cercana que antes, le tenía algo de envidia a Soojin.

Pero probablemente a la vez se estaba dando cuenta de que no quería tener la misma relación que tenía la rubia con la presidenta, y que en cambio, quería algo más.

Pero por el momento descartó el pensamiento, le daría atención en otro momento.

Para cuando giró a ver a la dueña de sus pensamientos y emociones últimamente, esta se encontraba sumergida en un libro de estudio sin prestarle atención.

Pero a la vez, la contraria que leía su libro estaba confundida.

Yuqi solía hablar demasiado.

¿Había conocido a su mejor amiga y estaba callada y quieta?

El pensamiento de que Soojin le hubiera dicho algo quedó descartado, la conocía demasiado bien como para saber que no se gastaría en hacer estupideces.

¿Pero y porque la china no hablaba como solía hacerlo?

Soyeon la estudiaba con la mirada cada tanto, buscando alguna respuesta en su comportamiento.

Pero la contraria no hacia más que bufar y suspirar estresada.

Y entonces habló, con cara algo apenada:

Yo también quiero poder escucharte hablar─dijo inconscientemente haciendo un puchero.

Soyeon giró a verla.

La menor seguía con la mirada triste fija en sus manos, mientras las movía y jugaba.

No se atrevía a mirar a la presidenta al decir aquello.

Al exacto mismísimo instante, el profesor entró por la puerta.

La clase comenzó, y Yuqi se dio por vencida en esperar una respuesta por parte de su compañera de banco.

Estaba a nada de llorar, y no quería.

Pero entonces sintió una mano tirar de su pantalón.

Dirigió su mirada hacia la misma, era la de Soyeon.

Pero antes de que pudiera reaccionar demasiado, la misma mano soltó su ropa y fue directo hacia la mano derecha de la china.

Se escabulló por el hueco que formaban ambas palmas de sus manos, y entrelazó los dedos con los de la de rulos.

Ahí sí, Yuqi levantó la mirada perpleja hacia la dueña de aquellas acciones.

Soyeon evitó su mirada, algo avergonzada pensó la menor.

Pero a cambio, para hacerle sentir segura al respecto, le respondió apretando un poco más fuerte su mano con la de la china.

Era increíble, realmente lo era.

Le había sacado toda gana de llanto o sensación de tristeza, en cuestión de meros segundos.

Not Even Close「SoqiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora