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Parecía que todo en su vida se derrumbaba cuando estaba mal con la presidenta.

No habían pasado ni cuatro días desde la llegada de la gran "amiga de la infancia" había llegado a ocupar su lugar y estar pegada a la morocha.

Y las cosas sólo se ponían peores para Yuqi.

El día anterior no había podido almorzar con sus amigas, y nisiquiera había logrado almorzar.

¿Por qué?

Porque los miércoles y jueves las del departamento de actuación tienen clases especiales y de práctica, por lo que la china solía almorzar sola o aguantarse el hambre hasta que salieran sus dos amigas.

La segunda opción no sucedía prácticamente nunca, el hambre era el enemigo más fuerte que tenía la de rulos.

Pero esta vez no había podido hacer ni la primera. Un grupo de chicas y chicos que la había encontrado en camino hacia las mesas para comer, le había arrebatado el almuerzo y se lo habían arrojado a la basura.

Por lo que ese día, terminó casi llorando en el baño de la universidad y con el estómago vacío.

Claro que aquel evento no había pasado desapercibido para cierta persona.

El timbre sonó dada la hora, y la gente comenzó a desaparecer del aula para ir a comer a la cafetería. Algunos incluso pedían comida, o salían a comer afuera.

Miyeon sonreía y le contaba millones de cosas a Soyeon, quien asentía y la escuchaba. Le dedicaba alguna que otra sonrisa pero medio forzada, las cosas no estaban tan lindas como quería en su vida.

Mejor salgo de aquí cuanto antes, pensó la china.

Pero entonces cuando termino de recoger sus cosas y ponerse de pie, se percató de la rubia que la observaba fijamente y desde la puerta del aula.

Por un momento se sorprendió, pero su sorpresa decayó al minuto.

¿De qué se había sorprendido? Soojin tan solo estaba allí para buscar a sus dos amigas.

Era una idiota por haber pensado otra cosa.

Miyeonnie─la llamo medio a gritos y como si la estuviera retando, ese era el tono con el que siempre parecía hablar la rubia─Ven, vayamos a buscar un lugar afuera para comer y deja a Soyeon en paz por un rato.

Soojin se detuvo por un segundo y volvió a parar con sus ojos en la china, quien ahora la miraba extrañada.

¿Acaso..?

Tiene que hablar de unos temas con su "amiga"─dijo la última palabra con tono burlón serio.

Miyeon, con la simpleza y la inocencia que siempre cargaba y sin pensar demasiado nada; se dirigió corriendo hacia los brazos de la rubia. Para luego despedirse agitando la mano de forma exagerada con emoción mientras desaparecían por el pasillo.

Not Even Close「SoqiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora