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A pasos seguros e inseguros, por la pelinegra que iba al frente y la china que iba detrás de la misma, fueron hasta el asiento de la muchacha para limpiar el mismo.

Hola, si, permiso─dijo Shuhua separando el pupitre de su amiga del de su compañera de banco.

¡Shuhua!─la reprendió sorprendida Yuqi mientras miraba a la presidenta seguir anotando algunas cosas en su libro sin inmutarse.

Ya Yuqs, cálmate y mejor hagamos esto rápido─dijo la menor poniendo el otro paño mojado sobre su cara.

¡Yah!─gritó la nombrada para quitárselo rápidamente y intentar hacerle lo mismo.

Terminando corriendo por entre los pequeños corredores entre el resto de los bancos y asientos.

Luego de todo una vuelta por el aula en persecución, Shuhua terminó de nueva cuenta con sus manos apoyadas sobre el pupitre de su mejor amiga.

Y se dispuso a realmente pasar el paño y limpiar las letras que se encontraban sobre el mismo escritorio.

La china se encaminó hacia la misma con la misma exacta intención, pero se detuvo a mitad de camino.

¿Era real lo que estaba viendo?

Soyeon, a quien Shuhua daba la espalda para limpiar bien la mesita, se encontraba sonriendo.

Era una imagen encantadora, de la cual no podía sacar la mirada de encima.

Nunca antes la había visto sonreír y mucho menos por algo que tuviera que ver con ella, eso le daba esperanzas.

Pero para su tristeza, duro un poco más que segundos.

Aunque ahora que lo pensaba un poco mejor, ¿porqué era que la presidenta del consejo se encontraba aún en el aula, si la clase había terminado hace un largo rato?

Una idea en su mente la hizo esbozar una enorme sonrisa.

Terminó de alcanzar a su amiga y entre ambas lograron borrar las letras escritas sobre el pupitre.

Mientras descansaban de haber finalizado de frotar como locas, debido a que lo habían escrito con algún tipo de marcador indeleble, la voz de la menor se escuchó y una oportunidad se abrió para la china.

Yuqs, iré a lavar los paños y devolverlos a mantenimiento.

Claro, termino de acomodar esto y te espero en la banca de siempre.

Y sin más, la pelinegra se fue del aula, dejando solas a las otras dos muchachas.

La de rulos que se encontraba en el aula por limpiar el mensaje que le habían escrito sobre su pupitre.

Y la fría muchacha que no tenía demasiada razón para encontrarse en el aula en aquellas horas.

¿Algo que quieras decirme?─preguntó Yuqi rompiendo el silencio.

Not Even Close「SoqiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora