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Luego de que la china lograra calmarse, ambas muchachas salieron del baño y se fueron a sentar a uno de los bancos en los alrededores del campus.

Hablaron y se comentaron miles de cosas sobre sus materias y lo que pasaba a su alrededor.

Era algo común, solía pasar a menudo.

Ambas chinas tenían la costumbre de poder perderse en un hilo de conversación enorme, donde cualquier tema podía salir en cualquier momento y la conversación fluía sin terminar nunca.

Pero se percataron de su larga charla recién cuando sonó el timbre del lugar anunciando la hora.

Sabes si Minnie saldrá tarde hoy?─preguntó la de rulos mientras dirigía su mirada al edificio de la facultad.

No, no tiene más clases por hoy─contestó Shuhua mirando en la misma dirección viendo a todo el mundo salir─Pero su clase termina en unos 30 minutos.

Aaah, podemos esperarla igual.

Ajá.

La conversación había parecido terminar, pero en realidad simplemente se quedó pausada mientras ambas chicas pensaban en que podrían hacer para entretenerse hasta que saliera la mayor de las tres.

Ah, ya sé─habló la pelinegra.

¿Que se te ocurrió?─la miró la de rulos.

Nunca volviste a tu aula después de salir llorando, verdad?

No, no volví─bufó Yuqi─No quise volver y por eso te llamé tonta.

Ya, ya, no busco pelearte nada idiota.

¿Y entonces?

Que podríamos ir a limpiar el desastre que hizo algún estupido en tu pupitre─comentó la más chica.

Es verdad, yo tampoco quiero verlo mañana de vuelta.

Vamos.

Una china y una taiwanesa se dirigían por el pasillo izquierdo del departamento hacia una de las aulas del mismo.

Al llegar al respectivo salón, Shuhua abrió la puerta exageradamente de golpe como si de una demanda se tratara, solo por diversión.

Uh─soltó la pelinegra.

¿Que ocurre?─preguntó Yuqi asomando su cabeza por los costados de su amiga para ver de que se trataba.

Y allí estaba, la presidenta del consejo de estudiantes aún sentada en su asiento.

Yuqi bajó la mirada, a lo que Shuhua se quedó observando la escena.

La de rulos había comenzado a jugar con sus manos irremediablemente nerviosa, hasta en algún punto incluso asustada, sospechó la pelinegra.

Mejor vámonos, podemos venir a limpiarlo en otro momento..─susurró la china a su amiga que se encontraba en la puerta.

No Yuqi.

La nombrada levantó la mirada para encontrarse con los ojos serios de su mejor amiga.

Vamos, limpiamos el banco y nos vamos─vamos sentenció la más chica─Además, también es tu aula, no tienes porque sentir miedo o bajar la cabeza.

Not Even Close「SoqiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora