Frustado se separó un poco de Hector y se quito la camisa mostrando asi lo que él vio.
Un compresor.
-F-Félix...
Solo miraba abajo, apretando los puños mientras se maldecia en todo, él, su cuerpo, su existencia. Todo.
Félix...¿Eres una chica?
¿Que era ser chica entonces?
Félix no es una chica.
-No...soy...una chica.
-...
No era una chica.
Félix...¿Eres una chica?
No lo soy.
Este cuerpo lo es.
Pero mi alma no.
-La porquería que tengo abajo no marcará como me sienta. No soy una chica.
-...
Se ánimo a elevar la cabeza.
Hector estaba bastante confuso y si cara era un poco dilema, estaba sorprendido, decepcionado...pero a la vez feliz.
-Por favor...no se lo dijas a nadie. Puedes odiarme si quieres y...
No pudo terminar, Hector se lanzo a abrazarlo bien fuerte deteniendo su oración.
-No me importa si tienes una concha o un plátano abajo, lo que me importa es como eres en realidad y como te sientas. Eres alguien fuerte e increíble no entiendo porque te molestaria que alguien como yo te odiara. Tu secreto se quedara conmigo tranquilo F é l i x.
Félix.
Escuchar su nombre le dio una gran sensación de felicidad. No pudo soportarlo y le correspondió al abrazo mientras no podia evitar llorar un poco. Hector solo le daba palmaditas en la espalda para calmarlo mientras le decía 'todo va a salir bien'
Félix estaba feliz. Por estupido que aquel nombre y aquella palabra estuvieran juntas y sonará comico era la verdad.
Estaba feliz.
No se habia atrevido a que nadie del instituto lo supiera, si ese era el caso no quería sufrir acoso o algo parecido. O eso es lo que él piensa que pasaría.
Perdería su reputación de chico malo.
Su roca.
Sus amigos...no. Ellos ya lo sabian y le aceptaban.
Tenia miedo de la sociedad en si, cuando algo no es comun la gente crítica y es lo que harian si lo supieran.
Y el en verdad no era de críticas. Y por eso poco a poco adoptó esta actitud rebelde que tiene.
Y a su suerte comenzo el cambio antes de llegar aqui y que todo el instituto lo supiera.
Pero su temor de hace poco era Hector.
Un chico que se volvió su amigo en poco tiempo, alguien muy importante.
No sabia que pasaría si lo rechazaba,por eso evitaba decirle esto a él. A todos.
No quería perder a nadie.
Y por eso estaba feliz.
Hector le aceptaba como es.
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Tras un rato abrazados y de Félix llorando ahora estaban tumbados, Hector miraba a Félix y este le daba la espalda por vergüenza.