Sentir el suave roce de tu trasero sobre su hombría le volvía vulnerable en cuestión de segundos, por lo que rápidamente envolvería sus brazos en tu cintura apegándote más hacia él y forzando el agarre para dejárle sentir aquella dulce fricción que tan loco le volvía.
Una vez que su cuerpo fuese necesitando más de ti, acabaría llevándote a una habitación donde apoyaría sus manos en tus caderas, ayudándote a que mantuvieras un ritmo rápido y duro, asegurándose así de que grites bien alto su nombre.
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Hongjoong:
Amaría absolutamente todos los detalles de aquel momento, desde la cálida sensación que le proporcionaban tus manos jugando por encima de la tela, hasta el ligero gemido que soltaste al notar como sus labios de deslizaban lujuriosos por tu cuello, dejando también alguna que otra mordida.
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Yunho:
Un cosquilleo repentino apareció en su interior, dejando que un suspiro extasiado escapase de sus labios y que miles de deseos oscuros nublaran su mente.
Tus manos sobre cualquier parte de su cuerpo le excitaba de gran manera, por lo que moría de ganas de arrancarte la ropa y hacerte suya sin piedad ahí mismo.
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