El señor Babineaux llegaría a la mansión antes del anochecer, o eso pudieron concluir.
Por otro lado, Sebastian y Ciel se dirigían rumbo a la mansión Chernobyl, tenían en mano la carta que recibió Castiel ese día, una en que la duquesa decía que mataría al duque una y otra vez con tal de quedarse con el joven mayordomo.
Tenían pruebas, una carta por parte de la duquesa; Castiel le enseñó su contenido a Sebastian con una angustia decorando su mirar. Aunque la duquesa fuese la culpable, algo no cuadraba, un ejemplo sería su ausencia cuando el duque falleció de aquella manera tan extraña, incluso cuando se reportaron las desapariciones de aquellos sirvientes.
Cuando llegaron a la mansión Chernobyl, Fueron recibidos por un viejo y amable mayordomo, les dejó pasar ante la explicación y las disculpas del joven conde por llegar sin aviso alguno; el viejo mayordomo hacía un buen trabajo, aunque no destellara de una inocente juventud como lo hace Laughter, aunque esa era una opinión muy personal de Sebastian, una que no sabía que callaría.
Frederick Chernobyl, quien llevaba un traje marengo y una presencia impoluta, les recibió con amabilidad recíproca, aceptando las disculpas del conde Phantomhive; no parecía asombrado cuando un niño se presentó como conde, pero su repentina aparición en su gran morada le desconcertó.
— ¿Se puede saber qué le trae a mi mansión, conde Phantomhive? — Cada palabra formulada por el duque, denotaba una madurez. Dio un sorbo a su taza de té.
—Como dije anteriormente, pido grandes disculpas por parte de usted, duque Chernobyl. Mi presencia se debe a su anterior mayordomo, Castiel Laughter.
El joven duque detuvo su taza de té a mitad del camino, estuvo inmerso por un rato en sus pensamientos, con su mirada de color verde ida, la mención de su anterior mayordomo parecía afectarle. Cerró los párpados, luego los abrió y respondió con gallardía:
—Entiendo, ¿qué ha pasado con él? Dudo que haya un problema con usted, es un mayordomo de élite, fue adiestrado para que su amo sea el centro de su vida, obedecer a tu señor hasta la muerte, eso se le repetía.
— ¿Por qué le ha echado si veo que habla maravillas de él? Parece muy seguro en sus palabras, duque Chernobyl.
El duque soltó una pequeña risa.
—Justo por eso es que lo eché — Ciel y Sebastian prestaron mucha atención a sus palabras — Fue más por un mero capricho, no me gusta ser propietario de una muñeca vacía, su presencia distraía alguna que otra sirvienta, no puedo perdonar que alguien dificulte la administración de mi casa.
—Puedo entender eso. Afortunadamente no tengo esa dificultad en mi mansión, el joven Laughter se ha desenvuelto a la perfección con mis sirvientes, yo no lo definiría como una muñeca vacía, al contrario, tiene más personalidad de lo que creí.
El duque parecía forzar una sonrisa ante esas palabras.
— ¡Qué suerte ha tenido usted entonces! — Sebastian sabía que el joven duque no parecía gustarle lo que ha comentado su amo — No entiendo qué clase de problema ha tenido, mis oídos pueden escuchar claramente lo conforme que está con Laughter.
—El problema no es Laughter. Estuve al pendiente en que la duquesa viuda ha estado mandando cartas muy seguido, acompañado de bellos ramos de flores azules.
Frederick frunció el ceño, para después suavizar sus facciones. No parecía cómodo.
— ¿Mi madre envió cartas? Pensé que bastaría con las Blue Vanda que obsequió como disculpa, sabe que Laughter ama el color azul. Mi madre piensa que fui muy duro con él —dijo como si fuese una broma —, está en todo su derecho de pensar de esa manera. — Siguió sorbiendo su té.
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Kuroshitsuji: Rencor Divino (BL)
FanfictionCiel Phantomhive junto a su fiel mayordomo, asisten a una celebración que hace el joven duque Chernobyl, en esa mansión dónde se detectaron la extraña desaparición de sirvientes, también la muerte inexplicable del anterior y viejo duque. En el camin...