Kuroshitsuji: Rencor Divino (BL)

XVIII: Sin identidad. Parte 2.

Ante el ocultamiento del sol, todo parecía transcurrir con normalidad, excepto el trato que recibía Castiel por parte de los sirvientes, parecían estar protegiendo a un niño indefenso. Todo marchaba con tranquilidad, con demasiada.

Esa fría noche Sebastian pudo detectar la presencia de un intruso por las afueras de la mansión, justo en el penumbroso bosque. Esbozó una sonrisa al saber que había algo interesante, tenía que apresurarse en dejar al joven amo en su despacho, sabía de qué especie se trataba y había demorado mucho en llegar.

Dejó a su joven amo al cuidado de Tanaka, a pesar de que éste se negara a quedarse sin recibir una respuesta por parte de su mayordomo. Salir ante la espesura del bosque, tan oscuro que sus ojos eran lo único que brillaban en la penumbra.

Al llegar, fue recibido con un ataque de un arma en particular, una que le hizo un corte a su mejilla, en la que se deslizó una gota fresca de su sangre; no dejó de sonreír, a pesar de ser atacado por una guadaña. Por suerte, esa herida tan superficial se curaría en media hora.

ㅡVaya ㅡexpresó Sebastian con tranquilidad ㅡ, puedo ver en que el diálogo civilizado no va contigo.

El hombre ajustó sus gafas y le miró con su típica facción de indiferencia, en donde sus ojos verdes parecía brillar de una manera neón.

ㅡNo estoy de humor para que una alimaña interfiera con mi trabajo ㅡ Desvió la mirada al cadáver del hombre, sacó su cuaderno en la que tenía escrita las almas que tenía que recolectar esa noche.

ㅡ ¿Ni siquiera puedo interferir por unos minutos?

Otro ataque por parte de la guadaña fue recibida, Sebastian sostuvo el filo con sus manos, el corte hizo que atravesara sus guantes y cortara su piel, una cantidad significante de sangre se derramó a borbones.

ㅡHe dicho que no interfieras con mi trabajo, no quiero perder el tiempo con un demonio. Parece que tu amo no ha tensado su correa contigo ㅡ El shinigami estaba furioso, no parecía tener motivación para derrochar.

ㅡMe parecía extraño en que un shinigami llegara tarde para recoger un alma, ¿tanto trabajo tienen o casi no tienen personal? ㅡ Con una mano, William abrió su libreta, sin dejar de vigilar a Sebastian.

ㅡNo creo que un demonio haya venido con ese tipo de curiosidad.

ㅡConozco a la persona que mató al hombre.

ㅡEso es irrelevante para un shinigami ㅡdijo con severidad ㅡ Todo registro es completo, no necesito que una alimaña me diga algo que no tiene importancia ㅡ Miró su guadaña, tratando de atraerla, pero Sebastian tenía un fuerte agarre, la mirada de William se contrajo ㅡ Suéltala.

ㅡMe temo en que no podré hacerlo.

ㅡ ¡Qué la sueltes!

ㅡ ¿Por qué no me lees el nombre del asesino en voz alta?

ㅡ Habías dicho en que le conocía.

ㅡCerciorarme no me hará daño ㅡ Spears parecía no tener intención de obedecer ante el mandato de Sebastian Michaelis, pero los demonios eran maestros de la tentación ㅡ Solo pido que me lea el nombre en voz alta, si no lo hace, parece que hará unas cuantas horas extras.

William T. Spears frunció el ceño, sin decir una sola palabra, ubicó la página de su libro con su mano libre, al detenerse en la página del difunto: Callaiden Yorking, miró su causa de muerte. Sebastian sintió el temblor de la guadaña que cortaba su palma, la agitación provenía de su dueño, quien no podía despegar la mirada de su página, su mirada había cambiado, su rostro había palidecido, sus ojos se abrieron de par en par y su labio inferior temblaba; esa extraña reacción por parte del imperturbable shinigami le pareció muy curiosa.